El 21 de Agosto de 1879, la Santísima Virgen María, San José y San Juan Evangelista aparecieron en la Iglesia de Knock, Condado de Mayo, Irlanda. 

15 personas de diferentes edades, entre 5 y 75 años estuvieron presentes en el lugar de la aparición, que duró aproximadamente 2 horas. Aunque llovía fuertemente el área alrededor de la aparición no se vio afectada por la lluvia, el suelo estaba completamente seco. 

La Virgen María estaba erguida con los ojos hacia el cielo, y vestía un gran manto blanco; en su cabeza había una gran corona. Estaba acompañada por San José a su derecha y San Juan Evangelista a su izquierda. San José estaba respetuosamente inclinando su cabeza hacia Nuestra Señora con las manos juntas como en actitud de oración. San Juan llevaba una mitra de obispo, sostenía el Libro de los Evangelios y parecía que estaba predicando, pero ninguno de los tres habló. Junto a ellos había un altar con una cruz y la figura de un cordero brillante, alrededor del cual revoloteaban ángeles.

Entre los testigos se encontraba Patrick Hill, que al momento de la aparición tenía 11 años. Esta es una parte de su testimonio:

«Contemplé a la Santísima Virgen María, de tamaño real, de pie… vestía túnicas blancas que se abrochaban al cuello. Tenía las manos levantadas a la altura de los hombros, como en oración, con las palmas una frente a la otra, pero inclinadas hacia el interior, hacia su rostro; ella parecía estar orando; su mirada estaba dirigida hacia el cielo.

Llevaba una corona brillante en la cabeza, y sobre la frente donde termina la corona, tenía una hermosa rosa; la corona parecía brillante, y de un brillo dorado, de un matiz más profundo, inclinado a un amarillo suave, que la sorprendente blancura de las túnicas que ella vestía; la parte superior de la corona parecía ser una serie de destellos de cruces.

Noté especialmente sus manos, y su rostro, su apariencia.

La túnica llegaba solo hasta los tobillos. Vi sus pies y tobillos; un pie, el de la derecha, estaba ligeramente por delante del otro.

Los vi moverse pero no hablaban. Una anciana subió y abrazó los pies de la Virgen pero no pudo, ellos retrocedían.

Vi a San José a la diestra de la Santísima Virgen; su cabeza estaba inclinada, desde los hombros, hacia adelante; También vi los pies de San José. Sus manos estaban unidas como en oración.

La tercera figura que vi ante mí fue la de San Juan Evangelista… San Juan estaba vestido como un obispo predicando; llevaba una pequeña mitra en la cabeza; Él tenía un Libro en su mano izquierda; la mano derecha la tenía levantada a la altura de su cabeza; mientras mantenía el dedo índice y el dedo medio de la mano derecha levantados los otros tres dedos de la misma mano estaban cerrados; parecía como si él predicaba, pero no escuché ninguna voz; Me acerqué tanto que miré el libro. Vi las líneas y las letras. San Juan no usaba sandalias.

Su mano izquierda estaba vuelta hacia el altar que estaba detrás de él; el altar era sencillo, como cualquier altar ordinario, sin adornos.

Sobre el altar estaba un cordero, del tamaño de un cordero de ocho semanas; la cara del cordero estaba mirando hacia el oeste en dirección a la Santísima Virgen y San José.

Detrás del cordero había una gran cruz erguida sobre el altar. Alrededor del Cordero vi ángeles revoloteando durante todo el tiempo, por espacio de una hora y media; Vi aletear sus alas, pero no percibí sus cabezas o rostros, que no se volvieron hacia mí.

Durante una hora y media estuvimos bajo la lluvia torrencial; Noté que la lluvia no mojó las figuras que aparecieron ante mí, aunque yo estaba mojado. Entonces me fui».

Desde que ocurrió la aparición en Knock, muchos de peregrinos de todo el mundo han acudido al lugar. Es uno de los santuarios Marianos más importantes del mundo y en el lugar han ocurrido numerosos milagros.

El 19 de marzo del 2021 el Papa Francisco elevó el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Knock como Santuario internacional de especial devoción Eucarística y Mariana:

«Los brazos de la Santísima Virgen en postura orante siguen mostrando lo fundamental que es la vida de oración, que llega como un mensaje de esperanza desde este santuario. Vosotros lo sabéis: en la aparición de Knock la Virgen no pronuncia ninguna palabra. Sin embargo, su silencio es también un lenguaje; de hecho, es el lenguaje más expresivo que se nos da. El mensaje que se desprende de Knock es el gran valor que tiene el silencio para la fe.

Es el silencio ante el misterio, que no significa renunciar a comprender, sino comprender sostenidos y ayudados por el misterio del amor de Jesús que se ofreció por todos nosotros como Cordero inmolado para la salvación de la humanidad. Es el silencio ante el gran misterio del amor, que no encuentra otra posibilidad de respuesta que la de abandonarse con confianza a la voluntad del Padre misericordioso».