AGOSTO 22: FIESTA DE MARÍA REINA.

«Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12, 1). 

Que bendición saber que tenemos por Madre a la Reina de los Ángeles, a la Reina de los Santos, a la Reina del Universo.

Hace una semana, el 15 de agosto celebrábamos la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo, el día de su Asunción, nuestra Santísima Madre María fue coronada solemnemente por la Santísima Trinidad y fue recibida por toda la corte del Cielo como Reina.

«Finalmente, la Virgen inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte» (Catecismo de la Iglesia Católica, 966).

En el libro Ciudad Mística de Dios de la Venerable María Jesús de Agreda narra cómo fue el día de la coronación de Nuestra Señora. Al momento de la coronación salió del trono una voz que decía:

«Tú eres Reina, Señora y Superiora de los serafines y de todos nuestros ministros los Ángeles y de toda la universidad de nuestras criaturas. Atiende, manda y reina prósperamente sobre ellas, que en nuestro supremo consistorio te damos imperio, majestad y señorío. Siendo llena de gracia sobre todos, te humillaste en tu estimación al inferior lugar; recibe ahora el supremo que se te debe y el dominio participado de nuestra divinidad sobre todo lo que fabricaron nuestras manos con nuestra omnipotencia. Desde tu real trono mandarás hasta el centro de la tierra, y con el poder que te damos sujetarás al infierno y todos sus demonios y moradores; todos te temerán como a suprema Emperatriz y Señora de aquellas cavernas y moradas de nuestros enemigos. Reinarás sobre la tierra y todos los elementos y sus criaturas. En Tus manos y en Tu voluntad ponemos las virtudes y efectos de todas las causas, sus operaciones, su conservación, para que dispenses de las influencias de los cielos, de la lluvia de las nubes y de los frutos de la tierra; y de todo distribuye por tu disposición, a que estará atenta nuestra voluntad para ejecutar la tuya. Serás Reina y Señora de todos los mortales para mandar y detener la muerte y conservar su vida. Serás Emperatriz y Señora de la Iglesia militante, su Protectora, su Abogada, su Madre y su Maestra. Serás especial Patrona de los Reinos Católicos; y si ellos y los otros fieles y todos los hijos de Adán te llamaren de corazón y te sirvieren y obligaren, los remediarás y ampararás en sus trabajos y necesidades. Serás amiga, defensora y capitana de todos los justos y amigos nuestros, y a todos los consolarás y confortarás y llenarás de bienes conforme te obligaren con su devoción. Y para esto te hacemos depositaría de nuestras riquezas, tesorera de nuestros bienes, ponemos en tu mano los auxilios y favores de nuestra gracia para que los dispenses, y nada queremos conceder al mundo que no sea por Tu mano y no queremos negarlo si lo concedieres a los hombres. En Tus labios está derramada la gracia para todo lo que quisieres y ordenares en el cielo y en la tierra, y en todas partes te obedecerán los ángeles y los hombres, porque todas nuestras cosas son Tuyas como Tú siempre fuiste nuestra, y reinarás con nosotros para siempre«.

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