Un hombre indiferente e incrédulo, iba a morir con la blasfemia en los labios y la desesperación en el corazón. Su mujer rezaba y lloraba, y Dios parecía no oírla. Sin embargo, la muerte llegaba
Oración del Papa Francisco a la Virgen Inmaculada: Virgen Santa e Inmaculada,a Ti, que eres el orgullo de nuestro puebloy el amparo maternal de nuestra ciudad,nos acogemos con confianza y amor. Eres