LAS TRES CAIDAS DE JESUS.

Relata María Valtorta:

Empieza la subida del calvario, un camino desnudo sin una pizca de sombra, empedrado con piedras separadas. Jesús sufre horriblemente al subir, llevando consigo el peso considerable de la Cruz. Se topa con una piedra saliente y como va muy agotado, tropieza con ella y cae sobre la rodilla derecha, pero logra levantarse con la mano izquierda. La plebe grita de alegría.

Vuelve Jesús a levantarse. Avanza siempre mas inclinado y jadeante. El vestido al caminar mas encorvado, le impide andar. Nuevamente tropieza y va a caer de rodillas, hiriendose nuevamente donde ya se habia herido. La Cruz que se le escapa de las manos, cae, golpendolo duramente en la espalda. Lo obligan a agacharse para levantarla  y ponersela de nuevo sobre la espalda. Al hacer esto, se ve claramente la llaga que  la cruz le ha formado con el roce y que ha abierto las muchas llagas que le produjeron los azotes. La tunica blanca está completamente manchada de sangre en esa parte y  la gente aplaude de alegria al verlo caer  de ese modo tan miserable.

Después viene el dolor de la tercera y completa caída. Esta vez no es porque haya tropezado, sino que de pronto perdió las fuerzas por un sincope. Cae cuan largo es, pegando su rostro contra las baldosas mal unidas, y sigue así en el polvo bajo la cruz que se le dobla por encima. Los soldados tratan de levantarlo, pero como parece que está muerto, van avisar al Centurión. Mientras van y vienen Jesús vuelve en si y lentamente con la ayuda de los soldados, de los que uno ha levantado la cruz  y del otro que lo ayuda a ponerse de pie, y carga nuevamente la cruz. Jesús está completamente agotado y   emprende de nuevo el camino.

Tomado del libro el Hombre Dios de Maria Valtorta.

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