LA PROTECCIÓN DE LA CRUZ.

Santiguarse consiste en dibujar una Cruz sobre nuestro cuerpo mientras decimos en el Nombre del Padre (dedos en la frente), y del Hijo (dedos en la cintura) y del Espíritu Santo subiendo por donde hemos bajado nuestra mano derecha hasta el corazón. Y del corazón hasta el hombro izquierdo y de este al hombro derecho. La señal de la Cruz hay que hacerla con devoción y decoro, y no de cualquier manera. De la forma que la hagamos mostramos nuestra fe. No es un garabato, es una hermosa cruz.

La siguiente historia está tomada del libro Año Virgíneo :

Cuenta un religioso Cartujo muy Santo y devoto de Nuestra Señora que en repetidas ocasiones, por diversos métodos, intentó librarse de una tentación muy molesta. No hallando solución, se encomendó fervientemente a la Santísima Virgen María, suplicándole que le mostrara cómo podía librarse de esta tentación que tanto le afligía.

Finalmente llegó el remedio que pedía: La Santísima Virgen María le reveló que se santiguara tres veces, no solo al acostarse sino siempre que despertara. Así lo hizo y se libró de la tentación con que Satanás lo inquietaba.

ORACIÓN:

Cruz Santa, Cruz Divina. Tu nos salvas, Tú nos guías por Jesucristo que murió en ti no permitas que nada malo se acerque a mí, ni a los míos. Amén.

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