VISIÓN DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE, POR SANTA BRÍGIDA DE SUECIA.

Santa Brígida de Suecia tuvo numerosas visiones que dejó escritas en varios libros. En el libro «Revelaciones» encontramos esta hermosa descripción de la Santísima Virgen María en su gloria como Reina del Cielo.

En esta visión Santa Brígida ve a Nuestra Señora con siete lirios y siete piedras preciosas en su corona celestial:

«La novia santa (Santa Brígida) vio a la Madre de Dios, Reina de los Cielos, con una corona invaluable. Su hermoso cabello brillante caía sobre sus hombros. La Virgen vestía una túnica de oro brillante y un velo azul como el cielo; Santa Brígida cayó en un éxtasis contemplativo, como si la alejaran de sí misma.

De repente se le apareció San Juan Bautista y le dijo:

Escucha atentamente, estoy a punto de revelarte el significado de todo esto:

La corona significa que la Santísima Virgen es la Reina, Señora y Madre del Rey de los ángeles.

Su cabello significa que es la más pura de las vírgenes y absolutamente perfecta.

Su velo azul cielo denota que todas las cosas mundanas están muertas para ella.

Su túnica dorada simboliza que ha demostrado amor y caridad ardientes, tanto interior como exteriormente.

Su Hijo colocó siete lirios en su corona:

  • El primero es su humildad;
  • El segundo es su temor;
  • El tercero es su obediencia;
  • El cuarto su paciencia;
  • El quinto su serenidad;
  • El sexto su dulzura, porque es dulce y da a todos los que la invocan cuando piden algo;
  • El séptimo es misericordia en la necesidad: porque si alguien la invoca, ella le dará lo que necesite.

El Hijo de Dios ha puesto entre estos siete lirios siete piedras preciosas:

  • La primera es su eminente virtud, porque no hay espíritu que tenga mayor virtud que la de la Santísima Virgen;
  • La segunda es su pureza perfecta porque la Reina del Cielo ha sido tan pura que ni la más mínima mancha de pecado ha estado sobre ella, y ningún demonio ha logrado jamás encontrar en ella impureza alguna. Ella es verdaderamente la purísima porque era oportuno que el Rey de la gloria fuera puesto únicamente en el vaso purísimo elegido entre todos los ángeles y toda la humanidad.
  • La tercera piedra preciosa es su hermosura, porque los santos alaban a Dios por la hermosura de su madre y esto completa el gozo de todos los ángeles y santos.
  • La cuarta piedra preciosa de la corona representa la sabiduría de la Virgen Madre, porque estando adornada de esplendor y belleza, ella también está dotada de toda la sabiduría de Dios.
  • La quinta piedra preciosa es su fuerza, porque a través de Dios ella es lo suficientemente fuerte para destruir y disponer de todo lo que ha sido creado.
  • La sexta piedra es su brillo y luz, porque ella ilumina a los ángeles cuyos ojos son más claros que la luz y los demonios se inclinan ante su belleza y no se atreven a mirar su esplendor.
  • La séptima piedra es la plenitud de todo deleite, de toda dulzura espiritual, presente en ella con tanta riqueza que no hay alegría que no brote de ella, ni deleite alguno que no se complete con la visión de su hermosura”.

Santa Brígida declara que no hay verdadera alegría nuestra que no tenga su fuente en María. Y nuestro deleite encontrará su perfección en contemplar su belleza en el cielo.

¡Que regalo tan grande nos ha dado Jesús al darnos a Su Santísima Madre como Madre nuestra!

¡Que hermosa es nuestra Madre, María, la Reina del Cielo!

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