NOVENA BÍBLICA A MARÍA AUXILIADORA, PRIMER DÍA.
ACTO DE CONTRICIÓN:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y ofrezco mi vida, mis obras y mis trabajos en satisfacción de todos mis pecados y confío en que, por Tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
ORACIÓN INICIAL:
Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que alguno de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu Socorro, haya sido abandonado por Ti. Animados por esta confianza, a Ti acudimos y aunque agobiados por el peso de nuestros pecados, nos atrevemos a implorar tu favor, pues eres abogada de los pecadores y Auxilio de los Cristianos.
No deseches, Oh Madre de Dios, nuestras humildes suplicas, mas bien alcánzanos el perdón de nuestros pecados, luz y acierto para hacer una buena confesión de todos ellos, virtud para conservar siempre la gracia de Dios y con tu auxilio, conseguir nuestra eterna salvación. Y si conviene para el bien de nuestras almas, te pedimos los siguientes favores (hacer la petición) y deseamos Señora que en todo se cumpla la voluntad de Dios. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
PRIMER DÍA: LA ANUNCIACIÓN.
“Fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios, a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una Virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David; el nombre de la Virgen era María. Y presentándose a ella, le dijo: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Ella se turbó al oír aquellas palabras y pensaba que podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás y darás a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús.
Él será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David su Padre. Dijo María al Ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pue no conozco varón? El ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será Santo, será llamado Hijo de Dios. Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. (San Lucas 1: 26-38).
GOZOS:
Consuelo del Cristiano María Auxiliadora
al alma que te implora escucha con piedad.
La Nave de San Pedro en esta mar bravía
Con mano fuerte guía al puerto hasta llegar
Sostén al gran piloto, protege al Padre Santo (Papa Francisco),
sobre él tiende tu manto que es manto tutelar.
Consuelo del Cristiano María Auxiliadora
al alma que te implora escucha con piedad.
Acude en mi Socorro oh Virgen Poderosa
Si pérfida me acosa maligna tentación,
Ahuyenta del demonio el silbo traicionero,
Servirte solo quiero te doy mi corazón.
Consuelo del Cristiano María Auxiliadora
al alma que te implora escucha con piedad.
Jamás se oyó en el mundo en la extendida esfera
que alguien a ti acudiera sin ver tu compasión
por eso hoy a tu trono me llego con confianza
pues sé que mi esperanza no encierra una ilusión
Consuelo del Cristiano María Auxiliadora
al alma que te implora escucha con piedad.
Y luego allá en el día de mi postrera hora
María Auxiliadora tu Auxilio invocaré
y entonces confiado, envuelto entre tu manto
con sueño dulce y santo en paz me dormiré.
ORACIÓN FINAL:
Oh Dios, que por la fecunda Virginidad de María nos diste al Autor de la vida y entregaste al genero humano los tesoros de la salvación eterna, te rogamos que nos hagas sentir siempre el consuelo de su protección. Libranos por su intercesión de los males presentes y de la muerte eterna; concédenos tu ayuda, pues somos débiles; haz que nos levantemos de nuestra maldad, y que por la bondad de tan excelente Auxiliadora luchemos con valor acá en la tierra para que podamos alabar tus victorias en el Cielo.
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo, y por la intercesión gloriosa de Santa María la Virgen, libranos de las tristezas de este mundo y haz que logremos en la hora de la muerte la victoria contra el maligno enemigo y obtengamos las alegrías del cielo. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Por el Sumo Pontífice y por la conversión de los pecadores: Dios te Salve Reina y Madre…
Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares.
Jesús, José, y María, libradnos de todo mal.
Jesús, José y María, salvad nuestras almas.
¡María Auxiliadora, rogad por nosotros!
Amén.