En el año 1917 se promulgó en México una constitución con leyes anticlericales que dio al estado el control de las iglesias católicas y sus propiedades. A los sacerdotes mexicanos se les
ACTO DE CONTRICIÓN: Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.