MAYO 26: SAN FELIPE NERI.

San Felipe Neri nació en Florencia, Italia, el 22 de julio del año 1515.

Recibió de Dios el don de la amabilidad y de la alegría, se hacía fácilmente amigo de todos, especialmente de los niños que vivían en la calle, de los obreros, de los jóvenes. Les hablaba acerca de Dios, del alma y de la salvación. Siempre preguntaba: «Amigo ¿y cuándo vamos a empezar a volvernos mejores?». Donde quiera que él llegaba se formaba un ambiente de fiesta y buen humor.

Desde muy temprano hasta el anochecer enseñaba a los niños, visitaba y atendía enfermos en los hospitales. Al anochecer se retiraba a algún sitio solitario a orar y a meditar. Muchas veces pasó la noche entera rezando.

Fue ordenado sacerdote en el año 1551 y pasaba muchas horas en el confesionario donde convirtió a muchas personas. El Espíritu Santo le concedió el don de consejo y todos querían pedirle un sabio consejo regresando a sus casas llenos de paz y con deseos de ser mejores personas.

Hizo muchos milagros, curaba enfermos, a muchos les anunció lo que les iba a suceder en el futuro. Muchas personas vieron que su rostro se llenaba de luces y resplandores mientras rezaba. Celebraba con gran devoción la Santa Misa, con frecuencia experimentaba el éxtasis y se le observó levitando varias veces.

Una vez estando enfermo tuvo una visión de la Virgen María con el Niño Jesús y quedó completamente curado.

Se caracterizó por un amor muy grande a la Virgen María y siempre la tenía presente en sus enseñanzas como demuestran algunas de sus frases:

“La devoción a la Santísima Virgen es absolutamente necesaria, porque el medio más eficaz para obtener las gracias de Dios es la mediación de su Santa Madre”.

“La Santísima Virgen es dispensadora de todas las gracias que Dios nos concede”.

“La devoción al Santísimo Sacramento y la devoción a la Santísima Virgen, no son simplemente el mejor camino, sino que de hecho son el único camino para conservar la pureza. A la edad de veinte, nada sino la comunión puede conservar puro el corazón. La castidad no es posible sin la Eucaristía».

Fue canonizado por el papa Gregorio XV en 1622. Su cuerpo incorrupto está en Chiesa Nuova en Roma, Italia.

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