NOVENA AL ESPIRITU SANTO, QUINTO DÍA.

ORACIÓN INICIAL:

Ven Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles. Llena de la gracia de lo alto los corazones que Tú has creado. Haznos conocer al Padre y revélanos al Hijo y Tú su común Espíritu haznos siempre creer en Ti.

Aleja de nosotros a nuestros enemigos y procúranos la paz sin demora, para que bajo tú dirección evitemos todo mal. Ven Espíritu de Santidad, ven a liberarnos de las faltas que nos condenan porque ellas son contra la ley de Dios. Amén.

MEDITACIÓN:

Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso. El Espíritu Santo estaba con Simeón y le había revelado que no vería la muerte, antes de ver al Mesías del Señor.

Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo, cuando el niño Jesús fue llevado por sus padres a Jerusalén para presentarlo al Señor, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora Señor puedes, según tu palabra, dejar a tu siervo irse en paz porque han visto mis ojos tu Salvación». San Lucas 2:25-29.

DON DE FORTALEZA:

El don de fortaleza es una gracia que nos hace obrar o sufrir valerosamente por la gloria de Dios y por nuestra Santificación.

ORACIÓN FINAL:

Espíritu Santo, Tú que me aclaras todo, que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal. Tú que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estas conmigo, yo quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la ilusión material. Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua. Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos.

Se pide una gracia y se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

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