NOVENA A SAN JUAN BAUTISTA.
“La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja”. San Agustín.
El 15 de junio se inicia la novena a San Juan Bautista, cuyo nacimiento es el 24 de junio. Después de Jesús y de María es el único santo a quien la Iglesia Católica festeja su nacimiento.
PRIMER DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Mientras Zacarías quemaba el incienso en el templo, se le apareció el ángel Gabriel y le dijo: Zacarías no tengas miedo, porque Dios ha oído tu oración y tu esposa Isabel te va a dar un hijo, al que pondrás por nombre Juan. Tú te llenaras de gozo y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque tu hijo va a ser grande delante del Señor. No tomará vino y estará lleno del Espíritu Santo antes de nacer. (San Lucas 1, 9-15)
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista, te rogamos nos concedas la siguiente gracia. (Pedir la Gracia). San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbrame del mal y concédeme esta gracia que te pido. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEGUNDO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Al cumplirse el tiempo en que Isabel debía dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. A los ocho días llevaron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de Zacarías, como su padre. Pero su madre dijo: No, tiene que llamarse Juan. Le contestaron: No hay nadie en tu familia con ese nombre. Entonces preguntaron por señas al padre del niño para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan” y todos quedaron admirados. (San Lucas 1, 57-63).
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista, te rogamos nos concedas la siguiente gracia. (Pedir la Gracia). San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbrame del mal y concédeme esta gracia que te pido. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
TERCER DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista en el desierto de Judea y decía: Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca. Juan era aquel de quien Dios había dicho por medio del profeta Isaías: Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, ábranle un camino recto”. La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello, y se la sujetaba al cuerpo con un cinturón de cuero; su comida era langostas y miel del monte. La gente de Jerusalén y todos los de la región de Judea y de la región cercana al Jordán salían a oírle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba. (San Mateo 3, 1- 6).
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista, te rogamos nos concedas la siguiente gracia. (Pedir la Gracia). San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbrame del mal y concédeme esta gracia que te pido. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
CUARTO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Después que Juan Bautista predicó la conversión para el perdón de los pecados, la gente se le acercó y le preguntó ¿Qué debemos hacer? Juan les contestó. El que tenga dos trajes dele uno al que no tiene ninguno, y el que tenga comida compártala con el que no la tiene. Se acercaron unos cobradores de impuestos para Roma y le preguntaron, que debemos hacer. Juan respondió: No cobren más de lo que deben cobrar. Y también unos soldados se le acercaron y Juan les dijo: No le quiten nada a nadie, ni con amenazas, ni acusándolos de algo que no hayan hecho. Confórmense con su sueldo.
La gente estaba en gran expectativa y se preguntaba si tal vez Juan sería el mesías, pero Juan les dijo: Yo los bautizo con agua. Pero detrás de mi viene uno que los bautizará con Espíritu Santo y Fuego. Es más poderoso que yo. Que ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. (San Lucas 3, 10-16).
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista, te rogamos nos concedas la siguiente gracia. (Pedir la Gracia). San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbrame del mal y concédeme esta gracia que te pido. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
QUINTO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Jesús fue de Galilea al rio Jordán, donde estaba Juan Bautista, para que este lo bautizara. Al principio Juan quería impedírselo y le dijo: ¿Yo debería ser bautizado por ti?, y tu vienes a mí. Jesús contesto: Déjalo así por ahora, pues es conveniente que cumplamos todo lo que es justo ante Dios. Entonces Juan consintió. En cuanto Jesús fue bautizado y salió del agua el cielo se abrió y vio que el Espíritu Santo bajaba sobre él, en forma de paloma. Se oyó entonces una voz del cielo que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. (San Mateo 3, 13-17)
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista, te rogamos nos concedas la siguiente gracia. (Pedir la Gracia). San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio, por la gracia de Dios líbrame del mal y concédeme esta gracia que te pido. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEXTO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Al día siguiente, Juan Bautista vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: «Miren, ese es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A él me refería yo cuando dije: Después de mí viene uno que es mas importante que yo, porque
existía antes que yo. Yo mismo no sabía quién era; pero he venido bautizando con agua para que el pueblo de Israel lo conozca». Juan también dijo: «He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma y quedarse sobre él. Yo
todavía no sabía quién era; pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y se queda sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo. Yo le he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios». (San Lucas 1, 29-34).
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista; te rogamos que nos libres de toda acechanza del maligno. San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbranos del mal y del maligno y concédeme la gracia que te pido. (Pedir una gracia).
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SÉPTIMO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Jesús se fue con sus discípulos al país de Judea y allí estuvo con ellos y bautizaba. Juan también estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque había allí mucha agua y la gente acudía y se bautizaba. Se suscito una discusión entre los discípulos de Juan y los judíos sobre el asunto de la purificación, y fueron a decirle a Juan: «Rabí el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien distes testimonio, está bautizando y todos se van a él». Juan respondió: «Nadie puede recibir nada, sino se le ha dado del Cielo. Vosotros mismos me soy testigo de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de Él». (San Juan 3, 22-28)
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista; te rogamos que nos libres de toda acechanza del maligno. San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbranos del mal y del maligno y concédeme la gracia que te pido. (Pedir una gracia)
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
OCTAVO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
San Juan Bautista dijo: En una boda, el que tiene a la novia es el novio, y el amigo del novio, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oírlo hablar. Así también mi alegría es ahora completa. Es necesario que el crezca y que yo mengue. El que viene de arriba es sobre todos. El que es de la tierra es terrenal y habla de las cosas de la tierra. Pero el que viene del cielo es sobre todos y da testimonio de lo que ha visto y oído; pero nadie acepta su testimonio. Pero si alguien lo acepta, confirma con ello que Dios dice la Verdad; pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu. El Padre ama al Hijo y le ha dado poder sobre todas las cosas. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que se resiste a creer, no tendrá la vida, y la ira de Dios estará sobre él». (San Juan 3, 29 – 36).
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista; te rogamos que nos libres de toda acechanza del maligno. San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios libranos del mal y del maligno y concédeme la gracia que te pido. (Pedir una gracia).
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
NOVENO DÍA:
ORACIÓN INICIAL:
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio de total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos estar contigo en las Mansiones Celestiales cantando glorias y alabanzas a nuestro Creador. Amén.
LECTURA:
Juan tuvo noticias de todas las cosas que Jesús hacía, pues sus discípulos se las contaron. Llamó a dos de ellos y los envió al Señor a preguntarle si él era de veras el que había de venir o si debían esperar a otro. Los enviados de Juan se
acercaron a Jesús y le dijeron: Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si tu eres el que has de venir, o si debemos esperar a otro. En aquel mismo momento Jesús curó a muchas personas de sus enfermedades y sufrimientos y de los espíritus malignos y dio vista a los ciegos. Luego les contesto: Vayan y díganle a Juan lo que han visto y oído. Cuéntenle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpio de su enfermedad, los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida y a los pobres se les anuncia la buena nueva. Dichoso aquel que no pierda su fe en mí. (San Lucas 7, 18- 23).
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, por la intercesión de tu Siervo San Juan Bautista; te rogamos que nos libres de toda acechanza del maligno. San Juan Bautista, venid en nuestro Auxilio y por la gracia de Dios líbranos del mal y del maligno y concédeme la gracia que te pido. (Pedir una gracia)
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.