SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS: SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI.

El Sagrado Corazón y el Sacramento de la Eucaristía:
 
El segundo domingo después de Pentecostés celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, como el próximo viernes celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, recordemos la conexión profunda que existe entre el Sacramento de la Eucaristía y la devoción al Sagrado Corazón.
 
El Sagrado Corazón de Jesús simboliza el amor de Dios y la Eucaristía es el Amor Infinito de Dios que vive en medio de nosotros en el Santísimo Sacramento. Al momento de la consagración del pan y del vino ocurre la transubstanciación, que es la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor, y de toda la substancia del vino, en la substancia de su Sangre (Catecismo de la Iglesia Católica 1376). Así, en la Sagrada Eucaristía está el corazón vivo de Jesús.
 
Existen numerosos milagros Eucarísticos como el de Lanciano en Italia, el de Sokolka en Polonia y el de Buenos Aires, Argentina en los que se evidencia que el tejido presente en la Santa Hostia pertenece a un tejido muscular cardiaco vivo.
 
También podemos ver la relación entre el Sagrado Corazón y la Santa Eucaristía en las revelaciones que nuestro Señor hace a Santa Margarita María Alacoque, la mayoría de las cuales fueron mientras ella se encontraba orando ante el Santísimo Sacramento. En una de las revelaciones Jesús pide a Santa Margarita honrarlo por medio de adoración Eucarística los jueves en hora santa.
 
Acompañemos a Jesús en el Santísimo Sacramento y procuremos recibir a Jesús en la Sagrada Eucaristía frecuentemente repitiendo las palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer:
 
“Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los Santos”.

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