Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan nueva, tarde te amé. Y he aquí que tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que tú creaste. Tú
¡Oh gran Agustín, nuestro padre y maestro!,conocedor de los luminosos caminos de Dios,y también de las tortuosas sendas de los hombres,admiramos las maravillas que la gracia divinaobró en ti,