DICIEMBRE 31: TE DEUM, ¡A TI, OH DIOS!
Hoy, último día del año, damos gracias por todas las bendiciones recibidas. El Te Deum es un himno de alabanza y acción de gracias que se reza o se canta en ocasiones especiales, en grandes solemnidades, y cada año el 31 de diciembre:
A TI, OH DIOS:
A Ti, oh Dios, te alabamos,
a Ti, oh Señor, te reconocemos.
A Ti, Eterno Padre,
te venera toda la creación.
A Ti todos los ángeles,
A Ti, los cielos y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
aclaman sin cesar:
Santo, Santo, Santo,
Señor, Dios de los ejércitos,
llenos están Los cielos y la tierra
de la majestad de Tu Gloria.
A Ti el glorioso coro de los Apóstoles,
A Ti la venerable multitud de los Profetas,
A Ti el generoso ejército de los mártires, Te alaban.
A Ti la Iglesia Santa,
extendida por toda la tierra, confiesa:
Que Eres Padre de inmensa majestad,
y que debe ser venerado Tu verdadero y único Hijo,
y también el Espíritu Santo, Consolador.
Tú, Oh Cristo, eres el Rey de la gloria.
Tú eres el Hijo Eterno del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
y Te encarnaste en el seno de una Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino de los cielos.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la Gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con Tu Preciosa Sangre.
Haz que en la gloria eterna
entremos en el número de Tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos Tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
conservarnos sin pecado.
Ten misericordia de nosotros, Señor,
ten misericordia de nosotros.
Que Tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti.
En Ti, Oh Señor, he confiado,
no estaré confundido para siempre.
TE DEUM:
Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum Patrem,
omnis terra veneratur.
Tibi omnes angeli,
tibi caeli et universae potestates:
tibi cherubim et seraphim,
incessabili voce proclamant:
Sanctus, Sanctus, Sanctus
Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt caeli et terra
maiestatis gloriae tuae.
Te gloriosus Apostolorum chorus,
te prophetarum laudabilis numerus,
te martyrum candidatus laudat exercitus.
Te per orbem terrarum
sancta confitetur Ecclesia,
Patrem immensae maiestatis;
venerandum tuum verum et unicum Filium;
Sanctum quoque Paraclitum Spiritum.
Tu rex gloriae, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius.
Tu, ad liberandum suscepturus hominem,
non horruisti Virginis uterum.
Tu, devicto mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna caelorum.
Tu ad dexteram Dei sedes,
in gloria Patris.
Iudex crederis esse venturus.
Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti.
Aeterna fac
cum sanctis tuis in gloria numerari.
Salvum fac populum tuum, Domine,
et benedic hereditati tuae.
Et rege eos,
et extolle illos usque in aeternum.
Per singulos dies benedicimus te;
et laudamus nomen tuum in saeculum,
et in saeculum saeculi.
Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.
Miserere nostri, Domine,
miserere nostri.
Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quem ad modum speravimus in te.
In te, Domine, speravi:
non confundar in aeternum.