ENERO 21: SANTA INÉS.
Santa Inés nació en una familia noble de Roma y se destacaba por su gran belleza. Desde niña escogió vivir una vida de pureza y consagró su virginidad a Dios. Cuenta la historia que cuando tenía 13 años rechazó un pretendiente quien, al verse rechazado, la denunció como cristiana durante la persecución de Dioclesiano, en el año 304 d.C.
El prefecto amenazó con torturarla para que dejara sus creencias y la obligó a rendirle culto a la diosa Vesta, pero al ver que no lograba convencerla, la enviaron a una casa de prostitución en Roma de donde salió milagrosamente, logrando conservar intacta su pureza. Luego la llevaron a la hoguera pero las llamas no lograron quemarla. Finalmente ordenaron decapitarla y fue enterrada en la Vía Nomentana en donde fue construida la Basílica de Santa Inés que tiene las reliquias de la Santa.
Su nombre significa: «Pura, Casta» y en latín su nombre es Agnus que significa Cordero, por eso siempre es representada con un corderito a su lado. Es la santa patrona de los adolescentes, de los que desean conservar la virtud de la pureza.
Cada 21 de enero en la Basílica de Santa Inés, se hace la bendición de los corderos que son llevados al Papa y la lana de estos corderos es usada para hacer los palios de los Arzobispos que son impuestos el 29 de junio, día de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.