NOVENA A MARÍA AUXILIADORA, SEXTO DÍA.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:
Oh Santísima Virgen María, Madre de Dios, Reina de los Ángeles y de los Santos, te saludo con la más profunda veneración y devoción filial. Renuevo la consagración de mí mismo y de todo lo que tengo a Ti. Te agradezco Tu maternal protección y las muchas bendiciones que recibo por Tu admirable misericordia y poderosísima intercesión. En todas mis necesidades recurro a Ti con confianza ilimitada. Oh Auxilio de los cristianos, Oh Madre de Misericordia, te suplico ahora que escuches mi oración, y que me obtengas de Tu Divino Hijo el favor que te pido en esta novena, si es la voluntad de Dios:
(Pedir la gracia que se desea obtener).
Obtén para mí también, Madre queridísima, la gracia de imitarte y hacerme semejante a Ti en la práctica de las virtudes de la humildad, la obediencia, la pureza, la sumisión a la voluntad de Dios y la caridad. Sé mi protectora en la vida, guárdame y guíame, líbrame de los peligros, dirígeme en las dudas, llévame por el camino de la perfección, y ayúdame en la hora de mi muerte, para que pueda llegar a Jesús y contigo gozar de Él, adorarlo y amarlo eternamente en el Cielo. Amén.
DÍA SEXTO:
«Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su Madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora». Dice su Madre a los sirvientes: «Haced lo que Él os diga».
Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. Jesús dijo: «Llenen de agua esos recipientes». Y los llenaron hasta el borde. «Saquen ahora», les dijo, «y llévenle al mayordomo». Y ellos se lo llevaron. Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y le dijo: «Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino para el final»». (San Juan 2, 1-10).
ORACIÓN FINAL (ORACIÓN DE SAN JUAN BOSCO A MARÍA AUXILIADORA):
Oh María, Virgen Poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia, admirable Auxilio de los cristianos, formidable como un ejército en orden de batalla, Tú que has vencido todas las herejías del mundo, en nuestras angustias, en nuestros combates, en nuestras dificultades, defiéndenos del Enemigo, y en la hora de nuestra muerte recibe nuestras almas en el Paraíso. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Rezar una Salve.
¡Bendito y alabado sea en todo momento el Santísimo Sacramento del Altar!
¡María Auxiliadora, ruega por nosotros!
Amén.