ORACIÓN DE SANTA MARÍA FAUSTINA A JESÚS ESCONDIDO EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO:
Yo te adoro, Señor y Creador, escondido en el Santísimo Sacramento. Yo te adoro por todas las obras de Tus manos, en las cuales se me revela tanta sabiduría, bondad y misericordia.
Oh Señor, has esparcido tanta belleza sobre la tierra y ella me habla de Tu belleza, aunque es sólo un pálido reflejo de Ti, belleza
incomprensible.
Y aunque Tu te has escondido y has escondido Tu belleza, mis ojos, iluminados por la fe, te alcanzan y mi alma te reconoce como su Creador, su mas altísimo bien, y mi corazón se sumerge completamente en una plegaria de adoración.
Creador y Señor mío, Tu bondad me animó a conversar Contigo. Tu misericordia hace que desaparezca el abismo que separa al creador de la criatura. Hablar Contigo, oh Señor, es el deleite de mi corazón. En Ti encuentro todo lo que mi corazón puede desear.
Aquí Tu luz ilumina mi mente permitiéndole conocerte a Ti cada vez mas profundamente. Aquí torrentes de gracias fluyen sobre mi corazón, aquí mi alma obtiene la vida eterna. Oh Creador y Señor mío, además de ofrecerme estos dones, Tu Mismo Te entregas a mí y Te unes íntimamente a Tu criatura miserable.
Aquí nuestros corazones se entienden sin buscar palabras; aquí nadie es capaz de interrumpir nuestra conversación. Aquello de lo cual hablo Contigo, oh Jesús, es nuestro secreto que otras criaturas desconocerán y por el cual los ángeles no se atreven a preguntar. Son los perdones secretos que conocemos sólo Jesús y yo, es el misterio de Su misericordia que abraza a cada alma individualmente.
A causa de esta inconcebible bondad Tuya. Te adoro, oh Creador y Señor, con todo mi corazón y toda mi alma. Esta adoración mía es muy miserable e insignificante, no obstante estoy tranquila, porque sé que Tu sabes que es sincera aunque tan imperfecta.