NOVENO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ.
Hacer la Señal de la Cruz (En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén).
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:
Reina y Madre del Rosario de Chiquinquirá, bella flor de nuestra tierra, renovada en destellos de luz y de hermosura, luces radiante en Tu imagen soberana los colores del patrio pabellón. Eres Tu nuestra gloria y el orgullo de nuestra raza, Madre de Dios y Madre nuestra. En rústico lienzo Tu rostro se ilumina y renuevas Tu imagen en celestial fulgor, dando a Tus hijos la graciosa prenda de la luz inmortal de Tu Hijo Salvador.
Ciñe Tus cienes la real diadema que corona Tu hermosura y Tu maternal bondad, símbolo fiel de nuestro entrañable afecto y de Tus hijos el filial amor. A Ti te cantan celestiales voces que te aclaman por Reina de la paz y el pueblo entero jubiloso te presenta el don de su fervor. En los difíciles tiempos de dolor y angustia, Tú que eres Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; extiendes Tu cetro soberano y cubres gloriosa con Tu egregio manto a todos los que sufren la tribulación.
Hermosas flores mezcladas con tierra colombiana dieron a Tu precioso lienzo celestial color; brote la tierra perfumadas flores que rindan culto a Tu Sagrada Imagen, Madre llena de Gracia y de virtud. Tu Divina presencia renovada, Reina y Madre, bendiga nuestra amada tierra y renueve a Tus hijos en la luz de la verdad.
Vuelve a nosotros Tus ojos misericordiosos, inagotable fuente de Gracia y de ternura; recibe complacida Madre y Señora, la humilde romería de nuestro inquieto corazón que llega peregrino a Tu Santuario, casa del consuelo y alegría, donde Tu, oh Madre Clemente y pía, escuchas nuestros clamores. Amén.
DÍA NOVENO: Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia.
Te saludamos, Reina y Madre de Misericordia, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde Tu Santuario manifiestas Tu clemencia y Tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante Tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza con el mismo amor con el que concebiste en Tu seno la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia,
que trae sosiego al alma.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
(San Juan Pablo II, México, enero de 1979).
GOZOS:
Pues Eres de los pecadores el consuelo y la alegría. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
I:
Reina y Madre de Colombia, de oro patrio coronada, es Tu imagen renovada de Tu pueblo regocijo, renueva, Madre, a Tus hijos y escucha nuestros clamores por la paz y la alegría. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
II:
Si en Tu Imagen hermosa de Chiquinquirá encontramos todo el bien que deseamos en esta vida penosa, si en todo tiempo, graciosa, nos dispensas Tus favores con franca soberanía. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
III:
Peregrino de esperanza, todo el pueblo colombiano, a Tu Santuario Mariano en fraterna procesión implora con devoción de Tu bondad los favores en humilde romería. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
IV:
Fénix de amor, renovada para remediar al hombre ostentas este renombre en Tu Imagen Sagrada; con tal timbre coronada, se aumentan más los ardores de nuestro amor cada día. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
V:
Escoltan Tu dulce Imagen dos celestes edecanes, inmaculados guardianes: San Andrés y San Antonio; de Domingo testimonio sus hijos predicadores, te custodian noche y día. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
VI:
Como aquella nubecilla que Elías vio sobre el Carmelo así por nuestros consuelos obras esta maravilla; de una oscura Imagencilla salieron magnos primores que son asombros del día. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
VII:
¡Que copiosa y que incesante es la lluvia soberana de milagros, con que ufana nos beneficias amante. No se da ningún instante sin que derrames favores con general bizarría! ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
VIII:
Todo el que imploró confiado con sincera devoción de Tu amparo protección salió siempre consolado; infinitos han mudado en delicias sus dolores porque buscaron Tu guía. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
IX:
No hay enfermedad penosa, no hay trabajo ni desgracia que Tu con tanta eficacia no remedies generosa; si es que con fe fervorosa el que busca Tus amores de los vicios se desvía. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
X:
Lo confiesa así gozoso todo el pueblo colombiano, porque jamás clamó en vano bajo Tu auxilio amoroso; pues de modo portentoso en sus congojas mayores Tu le diste la alegría. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
XI:
Casa común del consuelo Tu hermoso templo sagrado, pues en él has franqueado todo el maternal desvelo. Por eso con tanto anhelo, sin recelos ni temores, te clamamos noche y día. ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
XII:
¡Pueblo de Chiquinquirá, tierra mil veces dichosa! ¡Que riqueza tan preciosa Dios en Tu campo nos da! ¡Oh, que celestial maná de tan distintos sabores vierte en Su Imagen María! ¡Oh Madre Clemente y Pía escucha nuestros clamores!
ORACIÓN FINAL:
Padre Celestial, en Tu amorosa solicitud has querido favorecer a nuestra patria, dándonos en Chiquinquirá un signo de Tu presencia; por la intercesión maternal de nuestra Reina y Patrona cuyo patrocinio hoy celebramos, concédenos crecer en la fe y lograr nuestro desarrollo por caminos de paz y de justicia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
¡NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ, RUEGA POR NOSOTROS!
Esta novena es tomada de la página del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.