FLOS CARMELI.

Flos Carmeli es un himno a Nuestra Señora del Monte Carmelo. Las primeras estrofas hacen parte de la oración de San simón Stock a la Santísima Virgen María:

LATÍN:ESPAÑOL:
Flos Carmeli,
vitis florigera,
splendor cæli,
virgo puerpera
singularis.

Mater mitis
sed viri nescia
Carmelitis
da privilegia
Stella Maris.

Radix Jesse
germinans flosculum
nos ad esse
tecum in sæculum
patiaris.

Inter spinas
quæ crescis lilium
serva puras
mentes fragilium
tutelaris.

Armatura
fortis pugnantium
furunt bella
tende præsidium
scapularis.

Per incerta
prudens consilium
per adversa
iuge solatium
largiaris.

Mater dulcis
Carmeli domina,
plebem tuam
reple lætitia
qua bearis.

Paradisi
clavis et ianua,
fac nos duci
quo, Mater, gloria
coronaris.
Amen. 


ORATIO:

Deus, qui beatíssimæ semper Vírginis et Genetrícis tuæ Maríæ singulári título Carméli órdinem decorásti: concéde propítius; ut, cujus hódie Commemoratiónem sollémni celebrámus offício, ejus muníti præsídiis, ad gáudia sempitérna perveníre mereámur: Qui vivis et regnas cum Deo Patre, in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen. 
Flor del Carmelo,
Vid florida,
Esplendor del cielo,
Tú eres singular
Virgen y Madre.
 
Madre dulce
Y de varón no conocida,
Con los Carmelitas
Muéstrate propicia,
¡Oh Estrella del mar!
  
Raíz de Jesé
Que la flor produce,
Concédenos
En este mundo
Servirte siempre.
  
Lirio que creces
Entre altas espinas,
Puras conserva
Las almas frágiles
Que en Ti confían.
 
Fuerte armadura
De los combatientes,
La guerra está arreciando:
Extiende el auxilio
De tu Escapulario.
  
En la incertidumbre
Danos prudente consejo,
En la desventura
Del Cielo impétranos
La Consolación.
 
Oh dulce Madre
Y Señora del Carmelo,
De aquella alegría
Que has obtenido
Llena a tus fieles.
 
Oh llave y puerta
Del Paraíso,
Haz que lleguemos
Ante quien, oh Madre, de gloria
Te ha coronado.
Amén.

ORACIÓN:

Oh Dios, que decoraste a la bienaventurada siempre Virgen y Madre tuya María con el singular título del Monte Carmelo, concédenos propicio a cuantos celebramos su memoria, que revestidos de su amparo merezcamos alcanzar el gozo sempiterno. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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