NOVENA A SANTA ANA Y SAN JOAQUÍN, CUARTO DÍA.

Oración inicial:

Gloriosos Santos Joaquín y Ana padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Nuestro Señor Jesucristo, me pongo en este día bajo su amparo y les pido humildemente que, por la gracia que les ha sido concedida por la Santísima Trinidad, escuchen favorablemente mis súplicas e intercedan por mi para conseguir el favor que pido en esta novena, si es la voluntad de Dios:

(Pedir la gracia que se desea obtener).

Dios misericordioso, que elegiste a Santa Ana y San Joaquín para traer al mundo a la Madre de Tu Divino Hijo, concédenos misericordiosamente a los que con devoción honramos su memoria, la gracia de la felicidad en esta vida, y la alegría de vivir contigo por toda la eternidad. Amén.

Meditación: Ana con un cantico anuncia que es madre.

Vuelvo a ver la casa de Joaquín y Ana en Nazaret. Ana en un telar teje hermosas telas de lino y canta llevando el compás con su pie. Canta y sonríe:

«Gloria al Señor omnipotente que ha amado a los hijos de David ¡Gloria al Señor!

Su gran bondad desde el cielo me ha visto. La vieja planta ha dado un ramo nuevo y soy feliz.

La esperanza en la fiesta de las luces arrojo su semilla y la fragancia del Nissan la ve ahora germinar.

Mi cuerpo cual almendro en primavera, se siente también florecer.

El siente, por las noches, que lleva consigo el fruto.

En aquella rama hay una rosa, hay una manzana dulcísima.

Hay una estrella brillante, un pequeñín inocente.

Es la alegría de la casa, del esposo y de la esposa.

Sea alabado Dios mi Señor que tuvo piedad de mi.

Su luz me lo dijo: “Una estrella a ti vendrá”.

Gloria, Gloria. El fruto de esta planta tuyo será.

El primero y el ultimo que es santo y puro cual don recibido del Señor.

Tuyo será y por su medio sobre la tierra vengan la alegría y la paz».

Entra Joaquín y dijo: «Estas contenta Ana. ¿Qué clase de canto es ese? Nunca lo había oído, ¿De dónde lo sacaste?

De mi corazón Joaquín. Ana se ha puesto de pie y se dirige al esposo y le abraza y le comunica la gran noticia: «Soy madre querido mío y se le echa sobre su corazón entre los brazos que él abrió y que ahora los cierra para abrazar a su feliz esposa».

Oración final: El Magníficat.

Glorifica  mi alma al Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la pequeñez de Su sierva. Desde ahora me llamaran Bienaventurada todas las generaciones. Porque el Todopoderoso ha hecho cosas grandes en mí. Su Nombre es Santo y Su misericordia llega a los que le temen de generación en generación. Él hace proezas con Su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel Su siervo acordándose de Su misericordia como lo había prometido a nuestros padres Abraham y Su descendencia para siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén. 

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