OCTAVO DÍA DE LA NOVENA A LA SAGRADA FAMILIA.

ORACIÓN INICIAL:

Amadísimo Jesús, por Tus virtudes de humildad, obediencia, pobreza, modestia, caridad, paciencia y gentileza, bendijiste con paz y felicidad a la familia que escogiste en la tierra. En Tu misericordia mira a mi familia, nos confiamos a Tu amoroso cuidado, líbranos de todo peligro y concédenos la gracia de perseverar imitando siempre a Tu Santa Familia, para que habiéndote reverenciado y amado fielmente en la tierra, podamos amarte y alabarte eternamente en el cielo. También te pedimos que nos ayudes a conseguir la gracia que pedimos en esta Novena si es Tu Divina Voluntad:

(Pedir la gracia que se desea obtener).

María, Madre queridísima, a Tu intercesión recurrimos, sabiendo que Tu Divino Hijo escuchará Tus oraciones. Glorioso patriarca, San José, ayúdanos con Tu poderosa intercesión y ofrece nuestras oraciones a Jesús a través de las manos de María. Amén.

OCTAVO DÍA:

El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él. Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.

Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?».

Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres. (San Lucas 2, 40-52).

ORACIÓN FINAL (ORACIÓN DEL PAPA BENEDICTO XVI A LA SAGRADA FAMILIA):

Oh, Dios, que en la Sagrada Familia nos dejaste un modelo perfecto de vida familiar vivida en la fe y la obediencia a Tu voluntad. Ayúdanos a ser ejemplo de fe y amor a Tus mandamientos. Socórrenos en nuestra misión de transmitir la fe a nuestros hijos. Abre su corazón para que crezca en ellos la semilla de la fe que recibieron en el bautismo.
Fortalece la fe de nuestros jóvenes, para que crezcan en el conocimiento de Jesús. Aumenta el amor y la fidelidad en todos los matrimonios, especialmente aquellos que pasan por momentos de sufrimiento o dificultad.

Unidos a José y María,
Te lo pedimos por Jesucristo Tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

JESÚS, JOSÉ Y MARÍA: BENDECID NUESTROS HOGARES.

JESÚS, JOSÉ Y MARÍA: LIBRADNOS DE TODO MAL.

JESÚS, JOSÉ Y MARÍA: SALVAD NUESTRAS ALMAS. AMÉN.

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