María Valtorta en el libro el Hombre – Dios hace un breve y hermoso relato del bautismo de Jesús:

Estoy junto al rio Jordán, existe una tranquilidad, un algo muy especial y raro. Es un sitio que parece acordarse de los ángeles que volaron sobre Jesús.

Mientras estoy contemplando esto veo a un hombre de pie sobre un peñasco. Al punto reconozco en el al Bautista. Habla a las multitudes del Mesías, exhortando a preparar sus corazones para su venida y les aseguro que no es un sermón dulce.  Jesús llamó a Santiago y a Juan hijos del trueno. Juan Bautista merece el nombre de hijo del rayo, avalancha, terremoto por ser tan impetuoso y duro en el hablar y en el gesticular.

Veo a Jesús que viene solo, camina despacio y se acerca a Juan. Jesús y Juan se miran por un momento. Jesús con mirada azul, que es tan dulce y Juan con sus negrísimos ojos de mirar severo. Juan después de haber mirado a Jesús grita: «He aquí al Cordero de Dios ¿Cómo es posible que venga a mí, el que es mi Señor?» Jesús tranquilamente responde: «Para cumplir con el rito de penitencia».

Jesús se quita el manto y la túnica para poder entrar en el agua en donde ya está Juan que lo bautiza echando sobre Él, agua del río, que toma con una especie de tazón que lleva colgado a la cintura.

Palabras Jesús:

«Yo no tenía necesidad de bautismo pero la Sabiduría del Señor había decretado que aquel fuese el momento y el modo de encontrarnos.  Trajo a Juan de su cueva del desierto y a mí de mi casa y nos juntó en aquella hora para que se abriesen sobre Mí los cielos y descendiese Él mismo, Paloma Divina, sobre el que habría de bautizar a los hombres con la misma Paloma y bajase el anuncio de mi Padre aún más potente del que dieron los ángeles en Belén:

“He aquí a mi Hijo muy amado en quien tengo todas mis complacencias”.

(Este es un resumen del Bautismo de Jesús en el río Jordán según revelaciones de Maria Valtorta).