PALABRAS DE UN EXORCISTA SOBRE EL PODER DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS.
«Todo lo que vayan a decir o hacer, háganlo en el Nombre del Señor Jesús». Colosenses 3:17.
«En mi Nombre echarán fuera los demonios». San Marcos 16:17.
Palabras de un exorcista, el Padre Gabriele Amorth:
«Solo podemos ser salvos en el Nombre de Jesús. Sólo en su Nombre podemos vencer y liberarnos del enemigo de nuestra salvación, Satanás. Al final de los exorcismos más difíciles, cuando me enfrento a una posesión demoníaca total, rezo el Himno Cristológico de la Carta de Pablo a los Filipenses (2,6-11). Cuando pronuncio las palabras: “para que todos los seres en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra se arrodillen ante el nombre de Jesús”, me arrodillo, todos los presentes se arrodillan, y el poseído por los demonios también es obligado a arrodillarse. Es un momento conmovedor y poderoso. Siempre siento que todas las legiones de ángeles nos rodean, arrodillados ante el Nombre de Jesús».
«Mediante el exorcismo, se pide con autoridad y públicamente, en el Nombre de Jesucristo, que una persona u objeto sea protegido contra la influencia del maligno y retirado de su dominio».
«Me gustaría añadir algunas reflexiones sobre la importancia protectora de las imágenes sagradas, tanto en nuestro cuerpo como en lugares como la puerta de casa, en los dormitorios, el comedor o la habitación más utilizada por la familia. La imagen sagrada no imita la costumbre pagana de un “amuleto de buena suerte” sino que sigue el concepto cristiano de imitar y buscar la protección de quienes están representados por esas imágenes. Hoy en día a menudo entro en casas donde se exhibe un cuerno rojo brillante en la puerta principal, y cuando voy de habitación en habitación para bendecirlas, veo muy pocos objetos sagrados. Es un gran error.
Recuerdo el ejemplo de Bernardino de Siena, que convencía a las familias de poner en la puerta de entrada de sus casas una gran medalla con las iniciales del Nombre de Jesús (JHS, es decir, Jesús Hominum Salvator—Jesús, Salvador de los hombres)«. «Personalmente experimenté muchas veces la eficacia de estas medallas llevadas con fe».