SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA AL ESPÍRITU SANTO.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL (Acto de Consagración diaria al Espíritu Santo):
Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser que Te hago en este día para que seas en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y el único deseo de mi Corazón.
Me abandono sin reservas a Tu acción divina y deseo ser siempre dócil a Tus Santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Fórmame con María y en María, según el modelo de nuestro amado Jesús.
Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.
SEGUNDO DÍA (Don del Temor de Dios):
«Ven, padre de los pobres, ven, dador de gracias, ven luz de los corazones».
El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. «Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan». (Eclesiástico 2:17).
Oración: Ven, oh Bendito Espíritu del Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, para que pueda ponerte a Ti, mi Señor y Dios, delante de mi rostro para siempre; ayúdame a evitar todo lo que pueda ofenderte y hazme digno de aparecer ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde vives y reinas en la unidad de la siempre Santísima Trinidad, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL (Oración para pedir los siete dones del Espíritu Santo):
Oh Señor Jesucristo, que antes de ascender al Cielo prometiste enviar el Espíritu Santo para completar Tu obra en las almas de Tus Apóstoles y Discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo, para que perfeccione en mi alma la obra de Tu gracia y Tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría, para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas; el Espíritu de Entendimiento, para iluminar mi mente con la luz de Tu Divina verdad; el Espíritu de consejo, para que siempre pueda elegir la forma más segura de agradar a Dios y ganar el cielo; el Espíritu de Fortaleza, para que pueda llevar mi cruz contigo y para que pueda vencer con valentía todos los obstáculos que se oponen a mi salvación; el Espíritu de Conocimiento, para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y perfeccionarme en la ciencia de los Santos; el espíritu de piedad, para que encuentre dulce y amable el servicio de Dios; el Espíritu de Temor, para que pueda estar lleno de una reverencia amorosa hacia Dios y pueda temer de alguna manera desagradarle. Márcame, Amado Señor, con el signo de Tus verdaderos discípulos, y anímame en todas las cosas con Tu Santo Espíritu. Amén.