OCTAVO DÍA DE LA NOVENA AL ESPÍRITU SANTO.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL (Acto de Consagración diaria al Espíritu Santo):

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser que Te hago en este día para que seas en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y ​​el único deseo de mi Corazón.

Me abandono sin reservas a Tu acción divina y deseo ser siempre dócil a Tus Santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Fórmame con María y en María, según el modelo de nuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

OCTAVO DÍA (Don de Sabiduría):

Abarcando a todos los otros dones, así como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “con ella me llegaron todos los bienes, y por sus manos innumerables riquezas”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

Oración: Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su extraordinaria grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo lo demás, y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL (Oración para pedir los siete dones del Espíritu Santo):

Oh Señor Jesucristo, que antes de ascender al Cielo prometiste enviar el Espíritu Santo para completar Tu obra en las almas de Tus Apóstoles y Discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo, para que perfeccione en mi alma la obra de Tu gracia y Tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría, para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas; el Espíritu de Entendimiento, para iluminar mi mente con la luz de Tu Divina verdad; el Espíritu de consejo, para que siempre pueda elegir la forma más segura de agradar a Dios y ganar el cielo; el Espíritu de Fortaleza, para que pueda llevar mi cruz contigo y para que pueda vencer con valentía todos los obstáculos que se oponen a mi salvación; el Espíritu de Conocimiento, para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y perfeccionarme en la ciencia de los Santos; el espíritu de piedad, para que encuentre dulce y amable el servicio de Dios; el Espíritu de Temor, para que pueda estar lleno de una reverencia amorosa hacia Dios y pueda temer de alguna manera desagradarle. Márcame, Amado Señor, con el signo de Tus verdaderos discípulos, y anímame en todas las cosas con Tu Santo Espíritu. Amén.

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