San Antonio, siervo de María, gloria de la Iglesia, ruega por el Santo Padre, por los obispos, los sacerdotes, las órdenes religiosas, para que, con su fe y labores apostólicas, sigan tu ejemplo y

Oh glorioso San Antonio, vencedor de los herejes, maestro de la verdad: siempre te has mostrado tierno y compasivo hacia quienes te honran y buscan tu ayuda, en medio del sufrimiento y la angustia.

Oh Lirio de celestial pureza, Digno sacerdote de Dios, Apóstol del Evangelio, a quien le fue concedida la gracia de obrar numerosos milagros; ayúdame a conseguir con tu poderosa intercesión, la

Oh glorioso San Antonio, elegido por Dios para predicar Su Palabra, recibiste de Él el don de la Sabiduría y el poder de obrar los milagros más extraordinarios. Intercede por mí, ayúdame a

Te saludo, San Antonio, lirio de pureza, alegría y gloria del cristianismo. Te saludo, gran Santo, querubín de la sabiduría y serafín del amor divino. Me regocijo por los favores que nuestro

Oh glorioso San Antonio de Padua, con tu gran amor al Divino Niño Jesús y a María, Su Santísima Madre, obtienes numerosas gracias de sus manos y eres un gran intercesor en el Cielo. Ayúdame a

Oh purísimo San Antonio, que por tu virtud angelical te hiciste digno de tener en tus brazos al Divino Niño Jesús y abrazarlo con ternura, mírame con bondad. Tú que naciste bajo la protección