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«Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas Tu rostro». Salmo 26. Los fariseos con el fin de poner a prueba a Jesús por medio de una palabra para
O Gloriosa Domina excelsa super sidera, qui te creavit provide, lactas sacrato ubere.