SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA A SAN ANTONIO DE PADUA.
Oh glorioso San Antonio, recuerda que nunca se ha oído que hayas dejado sin ayuda ni alivio a quien en su necesidad recurrió a ti. Animado ahora con la más viva confianza, incluso con la plena convicción de no ser rechazado, acudo a ti en busca de refugio. Oh predilectísimo amigo del Niño Jesús, elocuente predicador de la misericordia divina, no desprecies mis súplicas, por el contrario, preséntalas ante el trono de Dios, fortalécelas con tu intercesión y obtenme el favor que busco en esta novena:
(Pedir la gracia que se desea obtener).
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
¡San Antonio, ruega por nosotros!