San Antonio, siervo de María, gloria de la Iglesia, ruega por el Santo Padre, por los obispos, los sacerdotes, las órdenes religiosas, para que, con su fe y labores apostólicas, sigan tu ejemplo y den siempre gloria a Dios.

Tú que eres compasivo con todos los que te invocan, ruega e intercede por mí ante el trono de Dios Todopoderoso para que se me conceda el favor que con tanto fervor busco en esta novena:

(Pedir la gracia que se desea obtener).

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.

¡San Antonio, ruega por nosotros!

Que la asistencia divina permanezca siempre con nosotros. Amén.

Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.

Oh Dios, que la conmemoración del bienaventurado San Antonio, sea motivo de alegría para Tu Iglesia, para que esté siempre fortalecida con asistencia espiritual y merezca gozar de las recompensas eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.