Cuenta la historia que cuando San Judas Tadeo y San Simón estaban en Persia, el comandante en jefe de los ejércitos babilónicos, el general Varardach, estaba preparándose para luchar contra
Oh Santos Siervos de Dios, que irradian santidad a través de su genuina humildad, ustedes abrazaron su identidad como instrumentos de Dios. Intercedan por mí para que pueda ser vaciado y purificado