NOVIEMBRE 1: SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS.
El primer día de noviembre celebramos la Solemnidad de Todos los Santos. San Juan Pablo II dijo en una homilía el primero de noviembre del año 2000 que este día es un día para dar alabanza y acción de gracias a Dios:
- «Alabanza y acción de gracias a Dios por haber suscitado en la Iglesia una multitud inmensa de santos, que nadie puede contar. Una multitud inmensa: no sólo lo santos y los beatos que festejamos durante el año litúrgico, sino también los santos anónimos, que solamente Dios conoce. Madres y padres de familia que, con su dedicación diaria a sus hijos, han contribuido eficazmente al crecimiento de la Iglesia y a la construcción de la sociedad; sacerdotes, religiosas y laicos que, como velas encendidas ante el altar del Señor, se han consumido en el servicio al prójimo necesitado de ayuda material y espiritual; misioneros y misioneras, que lo han dejado todo por llevar el anuncio evangélico a todo el mundo. Y la lista podría continuar».
- «¡Alabanza y acción de gracias a Dios, de modo particular, por la más santa de entre todas las criaturas, María, amada por el Padre, bendecida a causa de Jesús, fruto de su seno, y santificada y hecha nueva criatura por el Espíritu Santo! Modelo de santidad por haber puesto su vida a disposición del Altísimo, «precede con su luz al peregrinante pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo».
También dijo: «Toda la liturgia de hoy habla de santidad. Pero para saber cuál es el camino de la santidad, debemos subir con los Apóstoles a la montaña de las bienaventuranzas, acercarnos a Jesús y ponernos a la escucha de las palabras de vida que salen de sus labios».
Hoy el Evangelio nos recuerda las Bienaventuranzas: «Las ocho Bienaventuranzas son las señales de tráfico que indican la dirección que es preciso seguir. Es un camino en subida, pero Jesús lo ha recorrido primero. Y él está dispuesto a recorrerlo de nuevo con vosotros». San Juan Pablo II.
Estas son las Bienaventuranzas que se encuentran en el Evangelio de San Mateo (5:3-12):
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
La Solemnidad de Todos los santos es un día de precepto y debemos asistir a la Santa Misa.
¡Feliz Solemnidad de Todos los Santos!
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