NOVIEMBRE 2: DÍA DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS.

Cada 2 de noviembre es la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, día en el que recordamos a familiares, amigos, conocidos y todas las almas que han partido y se encuentran en el Purgatorio esperando ser llevadas a la presencia de Dios. Es un día para orar por estas Almas Benditas del Purgatorio o Pobres Almas del Purgatorio.

Hoy es posible obtener una indulgencia plenaria rezando un un Padrenuestro y un Credo en una iglesia o un oratorio, y aunque todo el año se puede obtener una indulgencia parcial visitando un cementerio y haciendo una oración por el alma de un difunto, si se hace del 1 al 8 de noviembre es posible obtener una indulgencia plenaria aplicable a las almas del purgatorio.

También se conceden indulgencias parciales a quienes recitan la oración Requiem aeternam: V: Dales, Señor, el descanso eterno. R: Y brille para ellos la luz perpetua. Que las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.

Solo se puede conceder una indulgencia plenaria cada día, pero se puede conceder una indulgencia parcial más de una vez al día.

Hoy también es un día para pensar en la eternidad como dijo San Juan Pablo II el 2 de noviembre de 1988: «La festividad litúrgica de hoy, 2 de noviembre, nos orienta hacia pensamientos de eternidad. Esta abre ante nosotros la perspectiva de aquel «cielo nuevo» y de aquella «tierra nueva» que serán la «morada de Dios con los hombres». Entonces Dios «enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado».

También dijo:

«La conmemoración hoy de todos los fieles difuntos nos lleva lógicamente a meditar en la muerte, este hecho misterioso y desconcertante, que conocemos todos bien, pero que quizá a veces tratamos de apartar del horizonte de nuestra conciencia como un pensamiento inoportuno y molesto, creyendo que así se lleva una vida más serena». 

«El Señor es mi luz y mí salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida». (Sal 26/27: 1. 4 ). «La vida de aquí abajo no es un camino hacia la muerte, sino hacia la vida, hacia la luz, hacia el Señor. La muerte, empezando por la del pecado, puede y debe ser vencida».

Este día oremos por los difuntos y pensemos en la eternidad, en la casa del Padre, en la Patria Celestial, a donde todos estamos llamados.

Leer también: Día de Todos los Fieles Difuntos, 2022.

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