PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.

Hacer la Señal de la Cruz.

Bendición de la corona de adviento: (También se puede hacer esta bendición de la corona: Bendición de la Corona de Adviento).

V: Bendícenos Señor y a esta corona de adviento. Señor Dios nuestro, te alabamos por Tu Hijo Jesucristo: Él es Emmanuel, la esperanza de los pueblos, la sabiduría que nos enseña y guía, el Salvador de todas las naciones.

Señor Dios que Tu bendición descienda sobre nosotros al encender las velas de esta corona. Que la corona y su luz sean un signo de la promesa del Señor que nos trae salvación. Que venga pronto y sin tardanza. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

R: Amen.

(Se enciende la primera vela de la corona).

V: «Nuestro auxilio es en el nombre del Señor».
R: «Que hizo el cielo y la tierra». V: «En los días de adviento, recordamos nuestra espera en la liberación del Señor. Siempre necesitamos Su salvación. En torno a esta corona recordaremos su promesa.

(El primer domingo de adviento contemplamos la virtud de la Esperanza):

Lectura del profeta Isaías 9:1-2:

El pueblo que andaba a oscuras  vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín».  

V: «Palabra de Dios»
R: «Te alabamos Señor».

Reflexión de San Juan Pablo II:

«Cristo es la esperanza de la humanidad. Él es el sentido verdadero de nuestro presente, porque es nuestro futuro seguro. El Adviento nos recuerda que vino, pero también que vendrá. Y la vida de los creyentes es espera continua y vigilante de su venida».

Hacer la Señal de la Cruz.

(Terminar con villancicos).

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