A los ocho días de haber nacido San Juan Bautista sus padres lo llevaron a circuncidar y ponerle el nombre de Juan. El sacerdote preguntó a Zacarías qué nombre le iba a poner al niño, Zacarias como estaba mudo pidió una tablilla y escribió: “JUAN ES SU NOMBRE”, en ese mismo momento se le soltó la lengua y se puso a alabar a Dios. (San Lucas 1, 62-64).

Seis meses más tarde, cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre JESÚS, nombre que le había puesto el Ángel antes de que fuera concebido. (San Lucas 2, 21).

Relata la Mística María Jesús de Agreda que Belén tenía su sinagoga donde se juntaba el pueblo para orar, pero no se hacían sacrificios porque estos estaban reservados para el templo de Jerusalén. San José llamó al sacerdote para que se presentara en la cueva o portal del nacimiento para circuncidar a Jesús. El sacerdote llegó con dos ministros y le pidió a la Virgen María que le entregara el niño a uno de los ministros para proceder a circuncidar.

La Santísima Virgen María le pidió que lo hiciera mientras Ella lo sostenía en sus brazos (ALTAR SAGRADO) y colocó un paño blanco donde se recogieron las primeras gotas de sangre derramadas por Jesús. El niño lloró y con Él lloró Su Madre. El sacerdote después de circuncidar pregunto por el nombre del Niño y la Santísima Virgen María y San José dijeron al mismo tiempo: JESÚS ES SU NOMBRE. Cuando el sacerdote escuchó el nombre de Jesús lo escribió en la nómina de los demás del pueblo, y cuando escribió el nombre tembló, se puso a llorar y alabando a Dios dijo: «Tengo por cierto que este niño ha de ser un gran profeta del Señor«.

En este enlace se puede leer el capítulo de la Circuncisión del Divino Niño Jesús que está en el libro Mística Ciudad de Dios de la Venerable María de Jesús de Ágreda.