Que el más Santo, más Sagrado, más adorable Nombre de Jesús sea siempre alabado, bendecido, adorado y glorificado en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en todo lugar por todas las criaturas de Dios.

Relata San Mateo que el ángel del Señor se apareció a San José en sueños y le dijo: «José descendiente de David, no temas tomar contigo a María, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados». (San Mateo 1, 20-22).

Y el ángel San Gabriel cuando visitó a la Santísima Virgen María en Nazaret le dijo: «No temas María porque has hallado gracia delante de Dios y ahora vas a quedar embarazada y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por Nombre Jesús. El será grande. Se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su padre». (San Lucas 1, 30-33).

Una sola palabra: JESUS, puede ser la mejor oración del día y de la noche. Porque el Nombre de Jesús lo contiene todo. En él están encerrada la Sagrada Escritura y toda la Biblia. Jesús es el centro y la meta de la creación y todo debe de hacerse en el Nombre de Jesús.

El nombre de Jesús tiene un gran poder contra el mal, como dice Filipenses 2:9-10:

«Por eso Dios lo exaltó y le dio el Nombre, que está sobre todo nombre, para que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra».

¡JESÚS, JESÚS, JESÚS, PROTÉGEME CON TU PODER!