HISTORIA DE LA ORACIÓN REGINA CAELI.
En el año 600 se propagó por Italia una terrible epidemia y el Sumo Pontífice San Gregorio Magno salió en procesión por las calles de Roma acompañado por numerosos fieles, orando y llevando una imagen de la Santísima Virgen María (Salus Populi Romani: Salvación del Pueblo Romano), desde la Basílica de Santa María la Mayor.
Cuando llegaron al puente sobre el río Tíber oyeron Ángeles cantando el Regina Coeli:
“Reina del Cielo, alégrate, aleluya. Porque el Señor, a quien mereciste llevar en Tu vientre, aleluya. Resucitó, como lo había dicho, aleluya”.
Y, cuenta la historia, que el Papa San Gregorio pronunció las palabras: “Ruega por nosotros a Dios, aleluya”.
Luego, al pasar frente a una gran construcción llamada “Mole de Adriano”, el Santo Padre vio sobre el techo del edificio, al Arcángel San Miguel, llevando en su mano derecha una espada que introdujo en su funda.
Desde aquel día cesó la epidemia y esa edificación recibió el nombre de Castillo del Santo Ángel (Castel Sant’Angelo).
En el lugar de la aparición, hay una enorme estatua del Arcángel San Miguel.