LUNES DESPUÉS DE PENTECOSTÉS: FIESTA DE MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
El lunes después de Pentecostés celebramos la fiesta de María Madre de la Iglesia. San Juan Pablo II encíclica Redemptoris Mater dice:
«Durante el Concilio Pablo VI proclamó solemnemente que María es Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores. Más tarde, el año 1968 en la Profesión de fe, conocida bajo el nombre de « Credo del pueblo de Dios», ratificó esta afirmación de forma aún más comprometida con las palabras «Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia continúa en el cielo su misión maternal para con los miembros de Cristo, cooperando al nacimiento y al desarrollo de la vida divina en las almas de los redimidos».
María está presente en la Iglesia como Madre de Cristo y, a la vez, como aquella Madre que Cristo, en el misterio de la redención, ha dado al hombre en la persona del apóstol Juan. Por consiguiente, María acoge, con su nueva maternidad en el Espíritu, a todos y a cada uno en la Iglesia, acoge también a todos y a cada uno por medio de la Iglesia. En este sentido María, Madre de la Iglesia, es también su modelo. En efecto, la Iglesia (como desea y pide Pablo VI) « encuentra en ella (María) la más auténtica forma de la perfecta imitación de Cristo».
María, presente en la Iglesia como Madre del Redentor, participa maternalmente en aquella «dura batalla contra el poder de las tinieblas » que se desarrolla a lo largo de toda la historia humana… la Iglesia, a lo largo de toda su vida, mantiene con la Madre de Dios un vínculo que comprende, en el misterio salvífico, el pasado, el presente y el futuro, y la venera como madre espiritual de la humanidad y abogada de gracia».
En el Catecismo de la Iglesia Católica leemos:
Al pronunciar el Fiat de la Anunciación y al dar su consentimiento al misterio de la Encarnación, María colabora ya en toda la obra que debe llevar a cabo Su Hijo. Ella es Madre allí donde Él es Salvador y Cabeza del Cuerpo místico. CIC 973.
«Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con respecto a los miembros de Cristo». CIC 975.
«Madre de la Iglesia: ilumina al Pueblo de Dios en los caminos de la fe, de la esperanza y de la caridad». San Juan Pablo II.
Ana Catalina Emmerick tuvo una visión sobre el futuro de la Iglesia, en esta visión la Iglesia estaba pasando por momentos muy difíciles y parecía que iba a ser destruida pero Ana Catalina escribió lo siguiente: «Vi también como, al final, María extendió su manto por encima de la Iglesia y como los enemigos de Dios fueron ahuyentados».
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¡Qué hermoso regalo nos ha dado Jesús al darnos a la Virgen María como Madre!