SÉPTIMO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA.
Oh Inmaculada Virgen María, Madre de Nuestro Señor Jesús y Madre nuestra, lleno de la más viva confianza en tu intercesión todopoderosa e infalible, manifestada tantas veces a través de la Medalla Milagrosa, nosotros, tus hijos amorosos, confiadamente te imploramos que obtengas para nosotros las gracias y favores que pedimos en esta Novena, si son beneficiosas para nuestras almas, y las almas por las que rezamos.
(Pedir la gracia que se desea obtener).
Tú sabes, oh Madre María, cuántas veces nuestras almas han sido los santuarios de tu Hijo que aborrece la iniquidad. Consíguenos un profundo odio al pecado y esa pureza de corazón que nos apegue sólo a Dios para que cada uno de nuestros pensamientos, palabras y acciones sean para Su mayor gloria.
Alcánzanos también un espíritu de oración y de abnegación para que recobremos la gracia que hemos perdido por el pecado y podamos finalmente alcanzar la morada bendita donde eres la Reina de los ángeles y de los hombres. Amén.
Acto de Consagración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa:
Oh Virgen Madre de Dios, María Inmaculada, nos dedicamos y consagramos a ti bajo la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta Medalla sea para cada uno de nosotros un signo seguro de tu afecto por nosotros y un recordatorio constante de nuestros deberes hacia ti. Que siempre que la llevemos, seamos bendecidos por tu amorosa protección y preservados en la gracia de tu Hijo.
Oh Virgen Poderosísima, Madre de nuestro Salvador, mantennos cerca de ti en cada momento de nuestras vidas. Obtén para nosotros, tus hijos, la gracia de una vida santa y una muerte feliz; para que, en unión contigo, podamos disfrutar de las bienaventuranzas del Cielo para siempre. Amén.
Repetir tres veces: «Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti».
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.