LA RECETA.

Un religioso bien conocido de la compañía de Jesús escribió un milagro que sucedió en un pueblo de Italia y que dejó admirado a todo el pueblo. El milagro cuenta acerca de un muchacho de diez y seis años que padecía de un gran dolor ocasionado por un cálculo en el tracto urinario.

Ni los médicos ni cirujanos encontraban remedio y el dolor era más fuerte. Un día llegó el dolor a tan excesivo termino que como un loco gritaba, alborotando todo el barrio.

Cerca había un colegio de los padres jesuitas. Un religioso se llenó de compasión y se fue a la casa del muchacho y le dijo: “Yo le ordenare una receta, haga lo que ella dice, quedara bueno y sano, y arrojara la piedra”.

Un médico que estaba presente se rio y dijo: “Que la piedra era ya como del tamaño de un huevo de gallina”. No importa”, dijo el religioso “la medicina que yo ordeno tiene virtud para deshacerla y expelerla”.

El religioso tomo la pluma y escribió en un papelito el verso del oficio que la religión seráfica reza de la Inmaculada Concepción: IN CONCEPTIONE TUA, VIRGO IMMACULATA FUISTI. Y le dijo al enfermo: “Esta receta tómala con fe en la pureza original de la Santísima Virgen María y ofrécele hacerle una novena. Veras como estarás sano”.

El enfermo tomo el papelillo se lo tragó, diciendo que no confiaba en otra cosa, sino en la Inmaculada Concepción. Desde este momento fueron menos los dolores y habiendo empezado la novena, antes de concluirla, se le partió la piedra en menudas partes las cuales poco a poco empezó a arrojar, recuperando perfectamente la salud.  

¡IN CONCEPTIONE TUA, VIRGO IMMACULATA FUISTI!

Historia tomada del libro Año Virgíneo.

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