NUESTRA SEÑORA DE LA PRECIOSA SANGRE.

Hoy es el último día del mes de julio, mes dedicado a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesús y mañana es el primer día del mes de agosto dedicado al Inmaculado Corazón de María. 

En la vida de Santo Domingo leemos que en una ocasión, cuando predicaba sobre la veneración de María, vio a la Santísima Virgen rociar a sus devotos oyentes con la Sangre de su Divino Hijo Jesús y en otra ocasión, mientras celebraba la Misa, trescientas personas, entre ellos el rey y la reina, vieron a la Madre de Dios, en la elevación del cáliz, derramando la Preciosa Sangre sobre todos los presentes y sobre toda la Iglesia.

En el libro Memorias de Lucía en la tercera aparición de 1916, el ángel les enseñó a los niños la siguiente oración:

Santísima Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Santo, os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.

Oración a Nuestra Señora de la Preciosa Sangre:

Acuérdate, Oh Señora de la Preciosa Sangre, del doloroso Derramamiento de la Sangre de tu Hijo Jesús y Tus lágrimas amargas que se unieron a Su Sangre Redentora. En el nombre de la Sangre de la Víctima de Reparación y de tus santas lágrimas; en el nombre de las siete espadas que traspasaron Tu corazón, por las cuales te convertiste en la Mediadora de todas las gracias para el género humano y la Reina de los Mártires, ten piedad de mi alma y de todas sus miserias; ten piedad de los pecadores y de las almas inocentes que buscan pervertir; Ten piedad de los pobres, los enfermos, los débiles, de todos sus sufrimientos, tanto físicos como morales; Ten piedad de los agonizantes, especialmente de aquellos que, si no fuera por Tu intercesión, dejarían este mundo sin ser purificados en la Sangre del Cordero.

Es por la Sangre de Tu Hijo moribundo, por Sus sufrimientos inexpresables, por Su última súplica a Su Padre en favor de la humanidad, por Su muerte ignominiosa y por la perpetuación de Su sacrificio en los Altares Católicos, que te ruego que no rechaces mi súplicas, y que por favor las escuches. Amén.

Oración de ofrecimiento de la Preciosa Sangre por medio del Inmaculado Corazón de María por la conversión de los pecadores:

Inmaculado Corazón de María, ofrece al Padre Eterno la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, por la conversión de los pecadores, especialmente por (decir el nombre).

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