Hoy 5 de agosto es el día de Nuestra Señora de las Nieves.

Cuenta la historia que existía en Roma un matrimonio que tenía abundancia de bienes materiales y eran muy buenos cristianos pero no podían tener hijos. Cuando estaban ancianos los esposos pedían insistentemente a la Madre de Dios que los iluminara para saber cómo debían emplear su fortuna.

La Virgen María respondió sus oraciones y la noche del 4 de agosto se les apareció y les dijo que deseaba que le construyeran un templo en su honor en el monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma. Los dos esposos emocionados fueron a contar el sueño al Papa Liberio, a quien la Virgen María se le había aparecido en sueños dándole el mismo mensaje.

El 5 de agosto del año 358 el Papa organizó una procesión al lugar señalado por la Madre de Dios y al llegar al lugar encontraron una parte del monte en forma rectangular cubierto de nieve. Eran los días más calurosos del verano en Roma y todos quedaron maravillados ante este milagro. En ese mismo lugar que cubrió la nieve se se construyó un templo que hoy es la Basílica Santa María la Mayor. La primera de las cuatro Basílicas de Roma.

Cada año durante el canto del Gloria, hay una lluvia de pétalos blancos en la Basílica Santa María la Mayor, en memoria de la nevada del 358. 

En la Basílica hay también una imagen de la Virgen María: Salus Populi Romani (la salvación del pueblo romano) que según la tradición, había pertenecido a Santa Helena, mamá del emperador Constantino, quien la descubrió junto con la Cruz original de Jesús. Es considerada una imagen milagrosa.

Cada vez que los romanos se encontraban ante algún peligro acudían al Santuario a pedirle a la Virgen María ayuda, y la imagen era llevada en procesión solemne.

Durante el pontificado de San Gregorio I una peste arrasó con la Ciudad de Roma. El Sumo Pontífice ordenó que se hiciera una procesión desde la Basílica de Santa María la Mayor y él mismo la encabezó llevando la imagen de la Virgen María. Cuando llegaron al puente sobre el río Tíber oyeron ángeles cantando el Regina Coeli y, sobre el Castillo de Sant’Angelo vieron al Arcángel San Miguel llevando en su mano derecha una espada que introdujo en su vaina. Desde ese momento la peste terminó.

El Papa Francisco es muy devoto de esta imagen y cuando fue elegido como Papa el 14 de marzo de 2013, se dirigió hacia esta Basílica para rezar ante la imagen Salus Populi Romani.