NOVENA DE LA DIVINA MISERICORDIA.
El Viernes Santo del año 1937, Jesús le pidió a Santa Faustina que rezara una novena especial antes de la Fiesta de la Misericordia, comenzando el Viernes Santo y le dictó las intenciones para cada día.
Jesús dijo a Santa María Faustina:
“Yo deseo que durante estos nueve días traigas almas a la fuente de Mi Misericordia para que saquen la fuerza, el alivio y todas las gracias que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte.»
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:
Dios Eterno cuya Misericordia es infinita y en quien el tesoro de la compasión es inagotable, míranos bondadosamente, y auméntanos Tu Misericordia, con el fin de que en los momento difíciles, no nos
desesperemos ni no desalentemos, sino que con la máxima confianza nos sometamos a Tu Santa Voluntad que es el Amor y la Misericordia misma. Amén.
PRIMER DÍA:
«Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi Misericordia. De ésta forma, me consolarás, en la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas».
Jesús Misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión con nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la
morada de tu Compasivo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, te suplico por los méritos de la dolorosa Pasión de Jesús, que mires con Misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en su
Compasivo Corazón. Muéstranos tu Misericordia para que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amén.
HACER LA CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA.