DEVOCIÓN DE LOS SIETE DOMINGOS A SAN JOSÉ: QUINTO DOMINGO.
SU DOLOR: Sus trabajos para sostener a la Sagrada familia, especialmente en la huida a Egipto con Jesús y María.
SU GOZO: Estar siempre en compañía de Dios mismo y ver cómo los ídolos de Egipto caían postrados ante Él.
LECTURA BIBLICA (Mateo 2, 13-18):
Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
Levantándose de noche, José tomo al niño y a su madre y se retiró a Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “De Egipto, llamé a mi Hijo”.
Al darse cuenta Herodes de que los sabios lo habían engañado, se llenó de ira y mandó a matar a todos los niños de dos años para abajo que vivían en Belén y sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que le habían dicho los sabios.
Así se cumplió lo escrito por el profeta Jeremías: “Se oyó una voz en Rama, llantos y grandes lamentos, era Raquel que lloraba por sus hijos y no quería ser consolada, porque ya estaban muertos”.
Por este dolor y este gozo, obtén para nosotros la gracia de guardarnos a salvo del tirano infernal, especialmente huyendo de las ocasiones peligrosas; que todo ídolo de cariño terrenal caiga de nuestros corazones; que estemos enteramente ocupados en servir y en vivir solo para Jesús y María.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
¡San José, Sostén de las familias, ruega por nosotros!