FEBRERO 20: SANTA JACINTA Y SAN FRANCISCO MARTO.

El 20 de febrero es la fiesta de los hermanos Santa Jacinta y San Francisco Marto, pastorcitos que eran primos de Lucía Dos Santos, con quien compartieron la gracia de ver y recibir los mensajes de Nuestra Señora de Fátima.

SANTA JACINTA MARTO:

Santa Jacinta nació el 5 de marzo de 1910 y falleció el 20 de febrero de 1920. Sor Lucía en su libro describe así a Jacinta:

«Jacinta tenía un porte siempre serio, modesto y amable que parecía reflejar la presencia de Dios en todos sus actos, propio de personas de edad avanzada y de gran virtud. No le vi nunca aquella excesiva ligereza o entusiasmo propio de las niñas por los adornos y los juegos. (Esto, después de las apariciones; ya que antes, era el número uno de su capricho y entusiasmo)».

«Ella era una niña sólo en los años; en lo demás sabía ya practicar la virtud y demostrar a Dios y a la Virgen Santísima su amor por la práctica del sacrificio».

«Fue a Jacinta, según me parece, a la que la Santísima Virgen comunicó mayor abundancia de gracias y conocimiento de Dios y de las virtudes».

«Repetía esta jaculatoria “¡Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!” Un día, durante su enfermedad, me dijo: – ¡Me agrada tanto decirle a Jesús que le amo! Cuando lo digo muchas veces parece como si tuviera fuego en el pecho, pero no me quema. Otras veces decía: – Me encantan tanto Nuestro Señor y Nuestra Señora, que no me canso de decirles que les amo».

«Una vez le pregunté: – ¿Qué vas a hacer en el Cielo? – Voy a amar mucho a Jesús, al Inmaculado Corazón de María; pediré mucho por ti, por los pecadores, por el Santo Padre, por mis padres y hermanos, y por todas esas personas que me han dicho que pida por ellas».

«Poco tiempo antes de ir al hospital, me decía: – Ya me falta poco para ir al Cielo. Tú te quedas aquí para decir que Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Cuando sea el momento de decirlo, no te escondas. Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María; que se las pidan a Ella; que el Corazón de Jesús quiere que, a Su lado, se venere el Inmaculado Corazón de María; que pidan la paz al Inmaculado Corazón de María, que Dios se la entregó a Ella. ¡Si yo pudiese meter en el corazón de todo el mundo el fuego que tengo dentro de mi pecho, quemándome y haciéndome amar tanto al Corazón de Jesús y al Corazón de María!».

Poema de Lucía a Santa Jacinta:

Oh tú que la tierra pasaste volando,
Jacinta querida,
en vivo dolor a Jesús amando,
no olvides la oración que yo te pedía.
Sé mi amiga junto al trono de la Virgen María.
Lirio de candor, perla brillante
¡Oh! allá en el Cielo donde vives triunfante,
Serafín de amor,
con tu hermanito, ruega por mí a los pies del Señor
.

SAN FRANCISCO MARTO:

Nació el 11 de junio de 1908, tenía 9 años al momento de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima. Así lo describe Sor Lucía en el libro:

«Siempre sonriendo, amable y condescendiente, jugaba con todos los niños indistintamente. No regañaba a nadie. Sólo alguna vez se retiraba cuando veía que una cosa no estaba bien».

«Francisco era más callado. Hacía habitualmente todo lo que nos veía hacer a nosotras, y raras veces sugería algo. En su dolencia sufría con una paciencia heroica, sin dejar nunca escapar ningún gemido, ni la más leve queja».

«Francisco no parecía hermano de Jacinta, sino en la fisonomía del rostro y en la práctica de la virtud. No era tan caprichoso y vivo como ella. Al contrario, era de un natural pacífico y condescendiente. Cuando, en nuestros juegos, alguno se empeñaba en negarle sus derechos de ganador, cedía sin resistencia».

«No manifestaba, como Jacinta, la pasión por la danza; gustaba más de tocar la flauta, mientras otros danzaban».

«Lo que más le entretenía, cuando andábamos por los montes, era, sentarse en el peñasco más elevado y tocar su flauta o cantar. Si su hermanita bajaba conmigo para echar algunas carreras, él se quedaba entretenido allí con su música y sus cantos».

«Las personas venidas de lejos que, por curiosidad o devoción, nos visitaban, parecían sentir algo de sobrenatural junto a ellos. A veces al venir a mi casa para hablar conmigo, decían: «Venimos de hablar con Jacinta y Francisco; junto a ellos siente uno un no sé qué sobrenatural». A veces hasta querían que yo les explicase de dónde provenía ese sentimiento. Como no sabía me encogía de hombros y guardaba silencio. No pocas veces oí comentar esto». Otra señora dijo: «Parece que se siente al entrar en el cuarto de Francisco, lo que sentimos al entrar en la iglesia».

Santa Jacinta y San Francisco enfermaron a finales de octubre de 1918. Francisco murió en la casa de sus padres el 4 de abril de 1919. Jacinta murió el 20 de febrero de 1920 en un hospital de Lisboa luego de haber sido trasladada desde otro hospital (la Santísima Virgen le dijo en una aparición que iba a ser llevada a dos hospitales y que iba a morir sola, pero que no tuviera miedo que Ella iba a ir a buscarla).

Estas son algunas frases que Santa Jacinta dijo a su madrina antes de morir:

«Los pecados que llevan mas almas al infierno son los de la carne».
«Si los hombres supiesen lo que es la eternidad harían todo por cambiar de vida». «Los hombres se pierden porque no piensan en la muerte, ni hacen penitencia». «Las guerras son consecuencia del pecado del mundo». «Es preciso hacer penitencia para que se detengan las guerras».
«Hay que ser amigos del silencio».
«No hablar mal de nadie y huir de quien habla mal».
«Tener mucha paciencia, porque la paciencia nos lleva al cielo».
«La mortificación y el sacrificio agradan mucho al Señor».

Fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en el año 2000, Sor Lucía estuvo presente en la ceremonia. El 13 de mayo del año 2017 fueron canonizados por el Papa Francisco durante la conmemoración del centenario de la primera aparición de Nuestra Señora en Fátima.

Cuando abrieron el sepulcro de los niños encontraron que el rosario que le habían puesto a Francisco sobre su pecho, estaba enredado entre los dedos de su manos, y el cuerpo de Jacinta se encontraba incorrupto.

Los cuerpos de los niños se encuentran en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima.

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