NOVENA COMPLETA AL SAGRADO MANTO DE SAN JOSÉ.
Esta novena milagrosa al Sagrado Manto de San José es tomada del libro Holy Cloak in Honor to Saint Joseph:
Esta novena en honor a San José se hace durante treinta días consecutivos en memoria de los treinta años que San José pasó en compañía de Jesús. Si por alguna razón no se puede hace un día, se puede compensar haciendo las oraciones el último día de la novena.
NOVENA DEL SANTO MANTO DE SAN JOSÉ:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
OFRENDA:
I:
Oh Glorioso Patriarca San José, humildemente me postro ante Ti. Ruego al Señor Jesús, a la Santísima Virgen María, Tu Esposa Inmaculada y a todos los Ángeles y Santos de la Corte Celestial, que se unan a mí en esta devoción. Te ofrezco este precioso manto, mientras prometo mi más sincera fe y devoción. Prometo hacer todo lo que esté en mi poder para honrarte durante toda mi vida para demostrar mi amor por Ti.
Ayúdame, San José, asísteme ahora y durante toda mi vida, pero especialmente en el momento de mi muerte, como Tú fuiste asistido por Jesús y María, para que un día pueda unirme a Ti en el Cielo y allí honrarte por toda la eternidad. Amén.
II:
Oh Glorioso Patriarca San José, postrado, ante Ti y ante Tu Divino Hijo, Jesús, te ofrezco, con sincera devoción, este precioso tesoro de oraciones, teniendo siempre presente las numerosas virtudes que adornaban Tu sagrada persona. En Ti, oh Glorioso Patriarca, se cumplió el sueño de Tu precursor el primer José, quien en verdad parecía haber sido enviado por Dios para preparar el camino a Tu presencia en esta Tierra. De hecho, no sólo fuiste rodeado por el esplendor resplandeciente de los rayos del Sol Divino, Jesús, sino que fuiste espléndidamente reflejado en la luz brillante de la luna mística, la Santísima Virgen María. Oh Glorioso Patriarca, si el ejemplo de Jacob, que personalmente fue a felicitar a su hijo predilecto quien fue exaltado en el trono de Egipto, sirvió para traer a todos sus descendientes allí ¿Acaso no debería el ejemplo de Jesús y María, que te honran con su mayor respeto y confianza, servirme para llevarme a mi tu fiel devoto, a presentarme ante Ti?
Concede, oh Gran San José, que el Dios Todopoderoso pueda dirigir hacia mí una mirada benévola. Como José no rechazó a sus hermanos culpables y crueles, sino que los aceptó con amor, los protegió y salvó del hambre y de la muerte, te suplico, oh Glorioso Patriarca, por Tu intercesión, que el Señor nunca me abandone en este desterrado valle de dolores. Concédeme que siempre me cuente como uno de tus devotos servidores que viven serenamente bajo el patrocinio de tu Santo Manto. Haz que pueda vivir siempre bajo la protección de este patrocinio, todos los días de mi vida y particularmente en el momento en que exhale mi último aliento.
ORACIONES:
I:
Salve, oh glorioso San José, a quien se te han confiado los tesoros inapreciables del Cielo y de la Tierra, padre adoptivo de Aquel que nutre a todas las criaturas del universo. Tú eres, después de María, el Santo más digna de nuestro amor y devoción. Tú solo, por encima de todos los Santos, fuiste elegido para ese supremo honor de criar, guiar, nutrir e incluso abrazar al Mesías, a quien tantos reyes y profetas hubieran deseado contemplar.
San José, salva mi alma y obtén para mí de la Divina Misericordia de Dios esta petición por la que ruego humildemente ruego. Y a las Benditas Ánimas del Purgatorio, concédeles un gran consuelo en su dolor.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
II:
Oh poderoso San José, fuiste proclamado Patrono de la Iglesia Universal, por eso pido Tu auxilio, sobre todos los demás Santos, como el mayor protector de los afligidos, y ofrezco innumerables bendiciones a Tu corazón generosísimo, siempre dispuesto a ayudar en cualquier necesidad.
A Ti, oh Glorioso San José, acuden las viudas, los huérfanos, los abandonados, los afligidos, los oprimidos. No hay pena, dolor o angustia que no hayas consolado. Dígnate, te suplico, usar en mi favor los dones que Dios te ha dado, hasta que a mí también se me conceda la respuesta a mi petición. Benditas Almas del Purgatorio, rueguen a San José por mí.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
III:
Son innumerables los que te han rezado antes que yo y han recibido consuelo y paz, gracias y favores. Mi corazón, tan triste y afligido, no encuentra descanso en medio de esta prueba que me acosa. Oh Glorioso San José, Tú conoces todas mis necesidades incluso antes de que las exponga en oración. Tú sabes lo importante que es para mí esta petición. Me postro ante Ti mientras suspiro bajo el peso del problema que me enfrenta.
No hay corazón humano en el que pueda confiar mi dolor; e incluso si encontrara una criatura compasiva que estuviera dispuesta a ayudarme, aun así sería incapaz de ayudarme. Sólo Tú puedes ayudarme en mi dolor, San José, y te ruego que escuches mi súplica.
Acaso no ha dejado escrito Santa Teresa en sus diálogos que el mundo debe saber que «Todo lo que pidas a San José, lo recibirás».
Oh San José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor y de aquellas Pobres Almas que depositan tanta esperanza en sus oraciones hacia Ti.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
IV:
Oh
Sublime Patriarca San José, por Tu perfecta obediencia a Dios, puedes interceder por mí.
Por Tu Santa Vida llena de gracia y mérito, escucha mi oración.
Por Tu dulcísimo nombre, ayúdame. Por Tus santísimas lágrimas, consuélame.
Por Tus siete dolores, intercede por mí. Por Tus siete alegrías, consuélame.
De todo mal del cuerpo y del alma, líbrame. De todo peligro y desastre, sálvame.
Asísteme con Tu poderosa intercesión y obtenme, por Tu poder y misericordia, todo lo que es necesario para mi salvación y particularmente el favor del cual ahora estoy tan necesitado.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
V:
Oh Glorioso San José, son innumerables las gracias y favores que has obtenido para las almas afligidas. Auxilias a los enfermos, a los oprimidos, perseguidos, traicionados, despojados de todo consuelo humano, a los necesitados del pan de vida. Todos los que imploran Tu poderosa intercesión son consolados en su aflicción.
Oh querido San José, no permitas que yo sea el único de todos los que han acudido a Ti, a quien se le niegue esta petición que con tanto fervor te suplico. Muéstrame Tu bondad y generosidad también a mí, para que pueda clamar en acción de gracias: «Gloria eterna a nuestro Santo Patriarca San José, mi gran protector en la Tierra y el defensor de las Santas Almas en el Purgatorio».
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
VI:
Padre Eterno, que estás en los cielos, por los méritos de Jesús y María, te suplico que concedas mi petición. En el nombre de Jesús y María me postro ante Tu Divina presencia y te suplico que aceptes mi súplica llena de esperanza de perseverar en mis oraciones, para que sea yo contado entre la multitud de los que viven bajo el patrocinio de San José.
Extiende Tu bendición sobre este precioso tesoro de oraciones que hoy le ofrezco como prenda de mi devoción.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
Súplicas en honor a la vida oculta de San José con Jesús y María:
San José, ruega que Jesús entre en mi alma y me santifique.
San José, ruega para que Jesús entre en mi corazón y lo inspire con caridad.
San José, ruega que Jesús entre en mi mente y la ilumine.
San José, ruega que Jesús guíe mi voluntad y la fortalezca.
San José, ruega para que Jesús dirija mis pensamientos y los purifique.
San José, ruega para que Jesús guíe mis deseos y los dirija.
San José, ora para que Jesús mire mis acciones y extienda sobre mi Sus bendiciones.
San José, ruega que Jesús me inflame de amor por Él.
San José, pide para mi a Jesús, la imitación de Tus virtudes.
San José, pide para mi a Jesús, una verdadera humildad de espíritu.
San José, pide para mi a Jesús, mansedumbre de corazón.
San José, pide para mi a Jesús, la paz del alma.
San José, pide para mi a Jesús, un santo temor del Señor.
San José, pide para mi a Jesús, un deseo de perfección.
San José, pide para mi a Jesús, dulzura de corazón.
San José, pide para mi a Jesús, una santa aceptación del sufrimiento.
San José, pide para mi a Jesús, la sabiduría de la fe.
San José, pide para mi a Jesús, su bendición de perseverancia en mis buenas obras.
San José, pide para mi a Jesús, la fuerza para llevar mis cruces.
San José, pide para mi a Jesús, el desdén por los bienes materiales de este mundo.
San José, pide para mi a Jesús, la gracia de caminar siempre por el camino angosto hacia el cielo.
San José, pide para mi a Jesús, la gracia de evitar toda ocasión de pecado.
San José, pide para mi a Jesús, un santo deseo de felicidad eterna.
San José, pide para mi a Jesús, la gracia de la perseverancia final.
San José, no me abandones.
San José, ruega que mi corazón nunca deje de amarte y que mis labios siempre te alaben.
San José, por el amor que tienes a Jesús, concédeme que aprenda a amarlo.
San José, amablemente acéptame como tu devoto servidor.
San José, me entrego a ti, acepta mis súplicas y escucha mis oraciones.
San José, no me abandones en la hora de mi muerte.
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
(Recitar tres veces el Gloria al Padre en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de tan excepcional dignidad).
INVOCACIONES A SAN JOSÉ:
I:
Acuérdate, oh castísimo esposo de María y mi amadísimo guardián, San José, que jamás se ha oído decir que alguno de los que han implorado tu protección y pedido Tu ayuda, haya sido dejado sin consuelo. Con confianza acudo ante ti y suplico fervientemente tu poderosa intervención. Oh padre adoptivo de nuestro amado Redentor, no desprecies mi petición, en tu misericordia, escúchame y respóndeme. Amén.
II:
Glorioso San José, esposo de la Santísima Virgen María y padre virginal de Jesús, guárdame y vela por mí; guíame por el camino de la gracia santificante; atiende a las necesidades urgentes que ahora te suplico envuelvas entre los pliegues de Tu manto paternal. Aparta de mi aquellos obstáculos y dificultades que se interponen en el camino de mi oración y concede que la feliz respuesta a mi petición sirva para mayor gloria de Dios y mi eterna salvación.
Como prenda de mi eterna gratitud, prometo difundir la palabra de tu gloria mientras ofrezco gracias al Señor por haber bendecido tanto Tu poder y autoridad en el cielo y en la tierra. Amén.
LETANÍAS DE SAN JOSÉ:
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros.
Santa María, Ruega por nosotros.
San José, Ruega por nosotros.
Noble Retoño de David, Ruega por nosotros.
Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros.
Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros.
Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros.
Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros.
José Justísimo, Ruega por nosotros.
José Castísimo, Ruega por nosotros.
José Prudentísimo, Ruega por nosotros.
José Valientísimo, Ruega por nosotros.
José Obedientísimo, Ruega por nosotros.
José Fidelísimo, Ruega por nosotros.
Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros.
Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros.
Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros.
Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros.
Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros.
Pilar de las Familias, Ruega por nosotros.
Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros.
Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros.
Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros.
Terror de los Demonios, Ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
V. Lo hizo Señor de su Casa.
R. Y administrador de todas sus posesiones.
Oremos:
Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser
esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro
intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro
protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN FINAL:
Oh glorioso patriarca San José, tú que fuiste elegido por Dios sobre todos los hombres para ser la cabeza terrenal de la más Sagrada de las familias, te suplico que me aceptes dentro de los pliegues de Tu Sagrado Manto, para que seas el guardián y custodio de mi alma.
A partir de este momento te elijo como mi padre, mi protector, mi consejero y mi Santo Patrón, y te suplico que pongas bajo Tu custodia mi cuerpo, mi alma, todo lo que soy, lo que poseo, mi vida y mi muerte.
Mírame como a uno de Tus hijos; defiéndeme de todo mal y de mis enemigos, invisibles o no. Ayúdame en todo momento en todas mis necesidades; consuélame en la amargura de la vida y especialmente a la hora de mi muerte, y aunque sea una sola palabra, háblale de mí al Divino Redentor, a quien fuiste digno de sostener entre Tus brazos, y a la Santísima Virgen María, Tu castísima Esposa.
Pide para mí esas bendiciones que me llevarán a la salvación. Inclúyeme entre aquellos que te son más queridos, y me dedicaré a demostrarte que soy digno de Tu especial patrocinio. Amén.