EL SANTO ROSARIO DETIENE A UN ASESINO EN SERIE.
El 15 de enero de 1978 a las 3 am, el asesino en serie Ted Bundy ingresó a la hermandad de mujeres Chi Omega de la Universidad Estatal de Florida. Después de asesinar a dos estudiantes, ingresó a otro cuarto buscando acabar con la vida de su siguiente victima, pero al ingresar se detuvo, el arma que tenía en su mano se cayó al suelo y salió del cuarto sin llevar a cabo lo que tenía planeado.
La policía interrogó a la estudiante que había sobrevivido y ella pidió que un sacerdote Católico estuviera presente. Los policías llamaron al Padre William Kerr quien acudió al lugar de los hechos. La estudiante le dijo al Padre Kerr que le había hecho una promesa a su abuela antes de ir a estudiar a la universidad: Que cada noche, por muy tarde que se acostara, iba rezar el Santo Rosario para invocar la protección de la Santísima Virgen María. La noche que el asesino ingresó a la habitación se había quedado dormida rezando el Rosario y lo tenía entre sus manos.
El asesino fue capturado y antes de morir en la silla eléctrica pidió un Sacerdote. El Padre Kerr, el mismo que asistió al llamado de la estudiante, fue el encargado de ir a verlo. En una de sus conversaciones el asesino le habló al Padre Kerr sobre la noche que ingresó a la hermandad y le dijo que al entrar en la habitación de la estudiante, una fuerza misteriosa lo detuvo y lo hizo salir del cuarto impidiendo que le hiciera daño.
Son muchos los milagros que se consiguen gracias al rezo del Santo Rosario, es la oración que más agrada a nuestra Santísima Madre y que en varias ocasiones nos ha pedido que hagamos.
«El Santo Rosario es un arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado».
San Josemaría Escrivá de Balaguer.