EL DÍA DE LA ENCARNACIÓN (VENERABLE MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA).
En la plenitud de los tiempos, determinó el Altísimo enviar a su Hijo Unigénito al mundo. Habló el Señor al Santo Ángel Gabriel y lo mandó a cumplir esta misión de anunciar esta venida. Obedeciendo con especial gozo el soberano príncipe Gabriel el divino mandato, descendió del supremo cielo acompañado de muchos millares de ángeles hermosísimos que le seguían en forma visible.
Este ejército celestial encaminó su vuelo a Nazaret, ciudad de la provincia de Galilea a la humilde casa de María Santísima. Era la Divina Señora en esta ocasión de edad de catorce años, seis meses y diecisiete días porque cumplió los años el 8 de septiembre.
Cuando se acercaba la embajada del cielo, ignorándolo ella, estaba en altísima contemplación sobre los misterios que había renovado el Señor en ella con tan repetidos favores los nueve días antecedentes.
Entró el Ángel Gabriel a la casa de María, era jueves a las 7 de la tarde al oscurecer la noche. El Santo Arcángel saludó a nuestra Reina y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Se turbo María y el Ángel le dijo: “No temas María porque hallaste gracia en el Señor; advierte que concebirás un hijo en tu vientre y le parirás y le pondrás por nombre Jesús”.
Y después de un extenso diálogo, y al pronunciar María la repuesta del Sí a la Voluntad del Señor, fue su castísimo corazón casi prensado y comprimido con una fuerza que le hizo destilar 3 gotas de su Purísima Sangre y puestas en el natural lugar para la Concepción del Cuerpo de Cristo, Señor Nuestro, que fue formado de ellas por la virtud del Santo Espíritu. De suerte que la materia de que se fabricó la Humanidad Santísima del Verbo para nuestra Redención la dio y administro el Corazón de María.
Y fue formado Cristo Dios y Hombre verdadero, Señor y Redentor Nuestro el viernes 25 de marzo al romper el alba los primeros rayos de luz.
Tomado del libro Mística Ciudad de Dios de María Jesús de Agreda.