DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS: SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

El segundo domingo después de Pentecostés celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad:

“Este domingo, que sigue al de Pentecostés, celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. La unidad y la trinidad de Dios es el primer misterio de la fe católica”.

Dios, que para nosotros es incomprensible, ha querido revelarse a Sí mismo no sólo como único creador y Padre omnipotente, sino también como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En esta revelación la verdad sobre Dios, que es amor, se desvela en su fuente esencial: Dios es amor en la vida interior misma de una única Divinidad”.

“Hoy se celebra la solemnidad litúrgica de la santísima Trinidad, que propone a nuestra contemplación el misterio de Dios, como Cristo nos lo reveló. Misterio grande, que supera nuestra mente, pero que habla profundamente a nuestro corazón, porque en su esencia es una explicitación de la densa expresión de san Juan: Dios es amor”.

Precisamente porque es amor, Dios no es un ser solitario, y, siendo uno y único en su naturaleza, vive en la recíproca inhabitación de tres personas divinas. En efecto, el amor es esencialmente entrega. Dios, siendo amor infinito, es Padre que se entrega completamente en la generación del Hijo, y con Él mantiene un diálogo eterno de amor en el Espíritu Santo, vínculo personal de su unidad”.

“¡Misterio de la fe! Pidamos a la santísima Virgen que nos ayude a penetrar cada vez más en el misterio de la Eucaristía y en el misterio de la santísima Trinidad”.

“Que María, «Sanctae Trinitatis domicilium», morada de la santísima Trinidad, nos lleve a captar en los acontecimientos del mundo los signos de la presencia de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos obtenga la gracia de amar a Cristo con todo nuestro corazón, para caminar hacia la visión de la Trinidad, meta maravillosa a la que tiende toda nuestra vida”.

Juan Pablo II.

En la solemnidad de la Santísima Trinidad, os invito a bendecir, alabar y glorificar a Dios Padre, a su Hijo unigénito y al Espíritu Santo, por el inefable misterio de vida y comunión entre las Tres Personas Divinas, de única naturaleza e iguales en su dignidad. Que María santísima sostenga y acompañe con su intercesión a la Iglesia, que vive para invocar el santo nombre de Dios, uno y trino. ¡Feliz domingo!

Papa Benedicto XVI.

Este misterio de la Trinidad nos fue desvelado por el mismo Jesús. Él nos hizo conocer el rostro de Dios como Padre misericordioso; se presentó a Sí mismo, verdadero hombre, como Hijo de Dios y Verbo del Padre, Salvador que da su vida por nosotros y habló del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, Espíritu de la Verdad, Espíritu Paráclito“. “Y cuando Jesús se apareció a los apóstoles después de la Resurrección, Jesús los mandó a evangelizar «a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19)”.

María Santísima, en su sencillez y humildad, refleja la Belleza de Dios Uno y Trino, porque recibió plenamente a Jesús en su vida. Que ella sostenga nuestra fe; que nos haga adoradores de Dios y servidores de nuestros hermanos”.

Papa Francisco.

Leer también:

Oración a la Santísima Trinidad (por Santa Isabel de la Trinidad).

Solemnidad de la Santísima Trinidad 2022.

«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19).

“Dios, en sus Tres Personas Divinas, ama a la Santísima Virgen como a ningún otro ser creado. Y Santa María ama a Dios Trinidad como ninguna otra criatura le ama. Nadie como Santa María del Corazón de Dios, tiene una relación tal, con cada una de las Tres Divinas Personas; sólo Dios mismo prevalece. Por lo que el amor de, y a la Santísima Virgen, nos ayuda así, de forma única, a crecer en el amor a la Santísima Trinidad”. Santa María del Corazón de Dios.

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