El Rosario de las lágrimas es entregado por la Santísima Virgen María a la hermana Amalia, en 1930, en Campinas, Brasil. Se compone de 49 perlas blancas divididas en 7 grupos. Por este Rosario podemos honrar los dolores de María por los que derramó tantas lágrimas.

Nuestro Señor Jesús le dijo a la Hermana Amalia:

«Hija Mía: lo que los hombres Me piden por las Lágrimas de Mi Madre, Yo amorosamente concedo».

ORACIÓN INICIAL:

Jesús Crucificado, postrados a Tus pies te ofrecemos las lágrimas de Tu Santísima Madre que te acompañó con tierno amor y compasión en el doloroso camino de la Cruz. Concédenos oh, buen Maestro la gracia que te pedimos en este Rosario (Pedir la gracia que se desea obtener) y la de alabarte y glorificarte en el cielo por toda la eternidad.

En el lugar del “Padre Nuestro” se dice:

Oh, Jesús mío, mira las lágrimas de tu Santísima Madre que te tenía el amor mas grande en la tierra y que ahora te ama con el amor más fervoroso en el cielo.

En lugar de las “Ave María” se dice:

Oh, Jesús, escucha nuestros ruegos, por las lágrimas de Tu Santísima Madre (7 veces).

Al final se dice 3 veces: Oh Jesús mira las lágrimas de tu Santísima Madre que te tenía el amor más grande en la tierra y que ahora te ama con el amor mas fervoroso en el cielo.  

ORACION FINAL:

Oh María, madre del amor, del dolor y de la compasión. Te rogamos que unas nuestros ruegos con los tuyos para que Jesús, Tu Divino Hijo, a quien invocamos, oiga nuestras suplicas en nombre de Tus lagrimas maternales y nos conceda la paz que tan ardientemente buscamos para que así podamos obtener la corona de la vida eterna. Amén.

Tus lágrimas, Oh Madre dolorosa, destruyen el reino del infierno. Por Tu Divina mansedumbre, Oh amado y buen Jesús, salvad al mundo de los errores que lo amenazan.