¡Salve, Lirio Blanco, de la Trinidad siempre pacífica y gloriosa!
¡Salve, Rosa Bermeja, delicia del Cielo, de quien
nació el Rey de los Cielos y de cuya leche se alimentó!
Alimenta nuestras almas con las efusiones de tu Divina Gracia.

Revelaciones de Santa Gertrudis, Libro 3, Capítulo 18:

Al día siguiente, mientras Gertrudis oraba, se le apareció la Madre de Dios, en presencia de la Santísima Trinidad, bajo la forma de un lirio blanco , con tres hojas, una de pie erguida y los otros dos inclinadas. Por esto entendió que no sin razón se llamaba a la Santísima Madre de Dios lirio blanco de la Trinidad, ya que contenía en sí misma, con más plenitud y perfección que ninguna otra criatura, las virtudes de la Santísima Trinidad, que ella nunca había mancillado con la más mínima mancha de pecado.

La hoja erguida del lirio representa la omnipotencia de Dios Padre, y las dos hojas inclinadas, la sabiduría y el amor del Hijo y del Espíritu Santo.

Entonces la Santísima Virgen le hizo saber que si alguien la saluda con devoción llamándola lirio blanco de la Trinidad y Rosa Bermeja del Cielo, Ella mostrará cómo prevalece por la omnipotencia del Padre, cuán hábil es para procurar la salvación de los hombres por la sabiduría del Hijo, y con qué amor supremo está lleno su corazón por la caridad del Espíritu Santo. La Santísima Virgen María añadió estas palabras: «Apareceré en la hora de la muerte, a los que así me saluden, en tal gloria, que anticiparán los mismos gozos del Cielo y su alma sentirá un gran consuelo».